27. Huidas y Llegadas

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Nueva York: 4 meses después

Nunca imagine que renunciaría a algo por alguien, mucho menos a un trabajo que me había costado tanto esfuerzo conseguir, pero ya no podía quedarme en Madrid, no con el fantasma de Bruno rondándome. El día que salí corriendo de su piso después de enterarme de aquel documento, fui a un hotel, ya que volver a ser vecinos no funcionaria, pero eso tampoco sirvió, me busco en mi trabajo, intento convencerme de que las cosas no eran como creían, pero mi confianza en él se desvaneció... simplemente ya no podía creerle absolutamente nada.

Rompí mi propio acuerdo de no volverme a enamorar por Bruno y él simplemente quería utilizarme a su antojo... después de todo, volví a perder a quien amaba y esta vez duele de manera diferente.

—Hija, ¿te encuentras bien? — me pregunta mi madre interrumpiendo mi momento de auto reflexión frente a la computadora.

—Si... solo me quede pensando. — miento.

—Ya... ¿quieres que te traiga algo? — me pregunta y niego.

—No, gracias... ya me iré a dormir, mañana entro a trabajar temprano. — le digo y empiezo a recoger todo de la mesa de la cocina.

—Está bien, que descanses hija. — me dice y rápidamente me despido de ella para ir a mi cuarto.

Me había desacostumbrado a vivir con mis padres, pero hasta que me entreguen mi departamento dentro de algunos días, no me queda más que quedarme aquí. La verdad es que en estos momentos preferiría estar sola para así lidiar con mi depresión sin que nadie me pregunte que ocurrió y es que nadie sabe de Bruno y mucho menos de la relación que tuvimos... bueno, si es que se le puede llamar relación a ese engaño.

Entro a mi cuarto, acomodo mis cosas y simplemente me meto a la cama para una vez más abrazarme a la almohada mientras que por dentro siento que me quema su ausencia. Lo amo, de eso no hay dudas, pero las dudas siguen estando basadas en lo que él sentía por mi... ¿amor? Lo dudo... si hubiera sido amor, él hubiera sido sincero conmigo, me hubiera dicho toda la verdad, pero decidió otras cosas.

[...]

(Al día siguiente)

Afortunadamente mi regreso a Nueva York no fue tan malo como creía, mi último jefe decidió contratarme inmediatamente cuando regrese y al menos eso hizo que no estuviera buscando un empleo durante meses. También, me ayudo a no tener que empezar de cero con mis compañeros de trabajo y tampoco tener que aprender lo que debo hacer.

Camino por los largos pasillos hacia mi oficina y una vez que entro, me encuentro con un enorme ramo de rosas rojas sobre mi escritorio —¿y esto? — me pregunto mientras me acerco y al ver el ramo con más detenimiento, me doy cuenta que hay una pequeña tarjeta, la saco y al leerla mis manos tiemblan.

"Quizás deba dejar pasar el tiempo del plazo estipulado para que te des cuenta de que te amo de verdad."

—¿Qué? — digo en voz alta.

—Roció. — me llama alguien y al darme la vuelta veo a Cintia bajo el marco de la puerta.

—¿Quién dejo esto aquí? — pregunto sin siquiera saludarla.

—De eso quería hablarte... el hombre que dejo las rosas, también dejo esto. — me explica y de pronto me da otro sobre.

—¿Cómo era él? — pregunto mientras agarro el sobre.

—Guapo...muy guapo. — me responde con una enorme sonrisa tatuada en su rostro —tenia acento español...— continua y esto no me lo creo «¿Cómo supo donde trabajaba? Pero sobre todo ¿Qué hace aquí en New York?»  me pregunto y solo le doy una tímida sonrisa a Cintia.

—Gracias Cintia...— le digo como para que sepa que ya puede retirarse y ella rápidamente lo hace. Una vez que ella cierra la puerta, abro el sobre que me entrego y al ver su letra mis manos tiemblan.

"No quiero que pienses que soy un psicópata que te ha seguido hasta aquí, solo soy un hombre enamorado intentando recuperar a la mujer de su vida. Dame una oportunidad de hablar por favor, ¿sí? Te espero hoy a las 8 en el restaurante ubicado en el centro del Rockefeller Center. Te amo."

«¿Acaso quiere volverme loca?» No puedo creer que haya venido hasta Nueva York a buscarme... «¿Y si es parte de su plan?» se pregunta mi cabeza que en estos momentos comienza a tener una fuerte discusión con mi corazón intentando decirle que tiene razón, pero dudo que lleguen a un acuerdo...

¿Ir o no ir? Ese es el dilema...

Mi Vecino, El Mujeriego [TERMINADA]Where stories live. Discover now