24. ¿Soluciones?

3.9K 272 15
                                    

Lo que se suponía que sería un simple almuerzo, se convirtió en un café y una conversación que nos mantuvo en la casa de sus padres casi todo el día, ya son casi las ocho de la noche cuando entras al ahora nuestro piso y lo primero que hago es dejar mi bolso a un costado e ir hacia el sofá. Me recuesto, acomodo uno de los almohadones debajo de mi cabeza y me quito los zapatos rápidamente.

—¿Cansada? — me pregunta acercándose a mí.

—No sé si cansada es la definición exacta a como me siento ahora. — admito y ríe.

Lo observo sentarse en el apoyabrazos del sofá y él de la nada comienza a masajear mis pies haciéndome sonreír —mis padres pueden ser un poco... metiches cuando quieren. — comenta finalmente.

—¿Supongo que lo dices por lo del bebé? ¿no? — cuestiono.

—Eso y todas las preguntas que nos hicieron, pero tú no te preocupes, ¿sí? Vayamos a nuestro ritmo. — propone.

«Supongo que no puedo dilatar más este asunto...»

—Amor... tenemos que hablar de un asunto. — le digo y puedo notar como de inmediato su cara cambia completamente.

—¿Es algo malo? ¿Algo que yo hice? — cuestiona sumamente preocupado y de inmediato me siento en el sofá.

—No, no es algo que tu hayas hecho o algo que yo hice... es otra cosa. — intento explicar y él rápidamente se sienta a mi lado en el sofá.

—Tú dirás entonces. — dice un poco nervioso.

—La verdad es que yo solo vine a España con un contrato de trabajo de un año y ya llevo dos meses y medio aquí... ¿entiendes? Yo en unos meses tendré que regresar a Nuevo York, se me vence el permiso de trabajo y todo eso... ya sabes. — explico y el silencio reina en este lugar ahora. —oye, lo siento... sé que debí decírtelo antes, pero no creí que esto llegaría a algo más serio, ¿me explico? —

—No quiero y no puedo dejar que te vayas. — me dice triste y realmente me siento muy culpable de que él este así.

—Yo tampoco me iría, pero quedarme es imposible, metería en problemas a la empresa, a mi... en fin, sería un lio tremendo. — explico de la manera más razonable posible.

—¿Y si te contrata la empresa de mi padre? — propone.

—¿Para qué? Yo hago marketing internacional, además debería regresar a Estados Unidos y luego volver. — expongo.

«Quizás no debí decírselo ahora... quizás era mejor mañana cuando estuviéramos un poco más tranquilos...» pienso sin poder evitar sentirme culpable por cómo se puso.

Él no dice nada, solo pareciera está pensando en algo que no sé qué es mientras mira a un punto determinado del salón —casémonos entonces... así no te tendrás que ir. — dice finalmente y vuelve a mirarme a los ojos.

—¿Qué? — pregunto y creo que se volvió loco.

—Lo que escuchas... si te casas con un español, no tienes que irte. — me explica.

—¿Te volviste loco? — pregunto un poco asustada y niega.

—No... hablo enserio... es la mejor solución. — insiste y creo que si se volvió loco.

—Amor, llevamos apenas un poquito más de una semana de novios...—

—¿Y? Ya estamos viviendo juntos, el casamiento solo sería un papel para todo esto que sentimos. — expone.

—No. — digo firme —el casamiento no es solo un papel, es un compromiso, ¿entiendes? —

—¿Y vivir juntos no lo es? — me pregunta.

—Sí, pero es diferente... si no funciona me voy del departamento y ya. En cambio, casarnos ya es algo legal, es un poco mas complicado. — intento explicarme.

—¿Prefieres irte a Nueva York y que no nos volvamos a ver? — pregunta a modo de reclamo.

—Podríamos seguir viéndonos, pero no vivir juntos...— comento.

—Me estás haciendo lo mismo que ella, no es justo. — me reclama mientras se levanta del sofá y realmente sus palabras me duelen, pero sé que tiene razón en lo que me dice.

—Amor...— digo levantándome del sofá también y caminado hacia él.

—¿Qué? —

—¿Me dejas pensármelo unos días? — negocio y es que realmente hoy no puedo darle una respuesta.

Él se da la vuelta para mirarme a la cara y asiente —te doy el tiempo que tú quieras, pero si estás segura que será un no, dímelo ahora porque te juro que no quiero volver a como estuve hace dos años atrás. — me dice con sus ojos completamente cristalizados y en estos momentos me siento más culpable que nunca.

—Tres días... solo eso te pido. — le digo y es casi una súplica.

—Como quieras...— se limita a decirme y sin más se da la vuelta —me iré a duchar. — me dice mientras se aleja y realmente no sé qué hacer en estos momentos.

Mi Vecino, El Mujeriego [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora