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El lunes por la mañana Sae Wa no se sentía nada preparada para verle la cara a todos en el trabajo, especialmente a Jimin o Yoongi. Uno le había confesado sus sentimientos y el otro la amenazó con la mirada. Se sentía tan mal que estuvo sacándose ambas espinas del corazón en Neon no sólo el viernes como siempre solía hacer sino también el sábado y el domingo.

Sae Wa hasta llegó a pensar que tenía un grave problema de auto destrucción donde el sexo con extraños era parte de ello y que definitivamente solucionar sus conflictos internos era algo que no sabía hacer.

— ¿Será que dejarás de ver pornografía por las noches? —Taehyung la sorprendió desde atrás mientras estaba a punto de abrir la puerta de la oficina de Yoongi —Esas sombras bajo tus ojos están empeorando más.

— No estoy para juegos, Taehyung —Dijo a mala gana dispuesta a abrir la puerta.

— Mierda, Sae. Ven acá —La tomó por el brazo y la jaló hacia atrás haciendo que se diera media vuelta —¿Qué te pasa?

— ¿A qué te refieres? Sólo no estoy de humor para tus juegos hoy.

— Lo siento —Dijo levantando las manos en señal de rendición —Es que eso de tenerlos a ti y a Jimin con cara de culo y sin sentido del humor me tiene deprimido.

Sae Wa escrutó el rostro de Taehyung en busca de alguna pizca de sarcasmo pero encontró que el chico le estaba hablando sinceramente.

— ¿Qué pasa con ustedes dos? ¿Se pelearon o... algo así? —Se rascó la nuca desviando la mirada hacia un lado y en ese momento Sae lo supo.

— Tú lo sabías, ¿verdad?

— ¿El qué? —Trató de fingir.

Jimin le había contado todo.

— De que le gusto a Jimin —Lo enfrentó.

Taehyung no sabía que responder. Se supone que Jimin era su amigo pero Sae Wa también, sin embargo, había escogido esconder el secreto del chico.

— Pues...

— Mierda, ni siquiera contigo puedo contar —Dijo dejándolo con la palabra en la boca mientras entraba a la oficina apresuradamente.

Sae Wa pensaba que Yoongi todavía no había llegado pues todavía era muy temprano, sin embargo, se quedó paralizada cuando lo vio sentado al fondo de la gran mesa de su oficina con un periódico en la mano. Tenía una chaqueta roja que lo hacía resaltar entre los rayos de sol que se colaban por la ventana, su típica mirada indiferente se paseó desde el papel que sostenía en sus manos hasta la mirada de Sae.

— Buenos días.

La chica hizo una reverencia corta e inmediatamente sin mediar palabra alguna caminó hacia su cubículo y se encerró sintiendo que el corazón se le iba a salir del pecho. Ayer le había contestado mal a Yoongi y este le había recordado cuál era su lugar.

A pesar de que los últimos días se había comportado amable y hasta le llevaba café, Sae Wa terminó de comprender de una vez por todas la noche anterior que Yoongi era su jefe y nada más, que pasarse de la raya con él podía costarle caro.

Se sentó en su habitual silla e inmediatamente revisó la lista de cosas que estaban planificadas para hoy. Arrugó el ceño cuando leyó que había una reunión sobre la campaña fuera de la oficina por la tarde y deseó que Yoongi no pensara en llevársela de compañía.

Tenerlo cerca sólo empeoraba las cosas.

Se puso a hacer su trabajo diligentemente y olvidó como de costumbre desayunar. Esta vez Yoongi no entró por la puerta a llevarle un café y al mediodía sintió como todos abandonaban la oficina para ir a comer, excepto ella que otra vez se estaba saltando el almuerzo otra vez.

neon → min yoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora