neon → min yoongi

27

Sae Wa estaba recuperando la conciencia pero aún no abría sus ojos, sólo sentía el tacto sobre su cuerpo, su ropa siendo deslizada a través de sus muslos y de sus pechos, su espalda ahora se sentía un poco fría al sentir la suavidad del aire que golpeaba contra ella.

Su cabeza daba vueltas, su corazón estaba calmo pero embriagado, su cuerpo completamente inerte como peso muerto no reaccionaba porque su cerebro todavía no procesaba bien lo que estaba pasando con ella.

Estaba siendo desnudada.

¿Dónde estaba? ¿Con la compañía de quién?

Ni siquiera esas preguntas se formulaban en su mente porque simplemente no era consciente de nada de lo que estaba pasando a su alrededor.

— Sae Wa... —Llamó una voz que pareció lejana y que fue desapareciendo poco a poco —Sae Wa —Repitió y poco a poco la chica iba saliendo del abismo de ensoñación en el que se encontraba.

Imágenes vívidas de Yoongi tocando a esa mujer, haciéndola suya, ella gimiendo su nombre, ellos siendo una familia... Esa ensoñación no era más que una pesadilla y por el dolor que su pecho sentía aún sin estar despierta, las lágrimas brotaron de sus ojos.

— Yoongi... —Murmuró ella cuando su cuerpo empezaba a responder. 

Pronunciar aquel nombre dolía, incluso si todo era una mentira de tan sólo imaginarla, el pecho le dolía.

El tacto en su piel cesó y ahora su cuerpo yacía bajo algo más fino, más suave que la cubría por completo. El frío no se estaba colando por cada hueso.

— Sae Wa —Repitió la voz. 

Ella sólo quería escuchar la de Min Yoongi.

Se removió lentamente en la cama y frunció el ceño justo luego de sentir como sus labios eran entibiados por los ajenos.

Y fue cuando despertó bruscamente.

— ¿¡Qué... —Se sentó de prisa en la cama con la mirada aterrada como si fuese una presa a punto de ser cazada.

Sus ojos lograron posarse en la persona que tenía adelante e inmediatamente aquella mirada de miedo y desconcierto pasó a ser una agridulce. 

— Sae Wa, estoy aquí —Dijo Yoongi quitándose la gorra negra que cargaba encima. El tapabocas negro le guindaba del cuello y en él no había nada más obvio que la preocupación que se paseaba por su rostro.

— ¿Yoongi? —Ella se lanzó a sus brazos y empezó a llorar desconsoladamente. Estaba completamente desnuda sólo cubierta por la sábana gris que el pelinegro le había colocado encima mientras buscaba una ropa nueva para colocarle. 

Yoongi la abrazó con fuerzas contra su pecho y cerró los ojos, la vívida imagen de cómo y dónde la había encontrado la atravesó el corazón.

¿Por qué Sae Wa estaba en Neón? 

— ¿Si? ¿Diga?  

— ¿Este es el teléfono de Sae Wa? 

— Ah... —Meditó la otra voz por el parlante —Supongo que sí, ¿eres su responsable?

Cuando Yoongi notó que Sae no respondía sus llamadas y que luego de haber ido a la oficina ya se había tardado mucho, un sentimiento de preocupación empezó a invadirlo, así que luego de llamarla docenas de veces para saber su paradero alguien respondió la llamada.

Un hombre.

¿Quién era ese hombre?

— Dime dónde está mi chica.