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¿Cómo era que las cosas podían dar un giro tan brusco en cuestión de días? Pero la pregunta más importante, ¿por qué Yoongi le había roto el corazón a Sae Wa en cuestión de una semana?

Bueno, romper el corazón era un término bastante liviano si analizábamos lo que sintió la chica cuando luego de dos días sin que Yoongi le respondiera las llamadas y hasta la hubiese bloqueado, la hubiese rechazado delante de la entrada de la empresa cuando intentó acercarse a él para hablar. Le había ordenado a los guardias de seguridad que por favor si volvían a ver a Sae Wa no le permitieran el paso y mucho menos estar cerca de él. 

Desde aquel viernes por la noche luego de que se entregaran el mundo mediante caricias y besos, luego de haberse prometido ser el futuro del otro, luego de tantas cosas, ahora Yoongi volvía a ser aquel hombre pelinegro que trabajaba hasta altas horas de la noche y que Sae Wa de vez en cuando espiaba por la ventana para finalmente irse a Neón y terminar de cumplir sus fantasías retorcidas.

Sólo que ahora ella ni siquiera podía espiarlo y mucho menos estaba en Neón, simplemente estaba en el departamento de Jimin ayudándole con el regalo de cumpleaños de su madre mientras Taehyung hablaba sobre que quería una mascota.

  — Te digo Taehyung, cómprate una planta y ve si puedes hacer que sobreviva una semana. Sí lo logras, te daré permiso de tener un perro —Le dijo Jimin.

Sae Wa estaba allí pero realmente no prestaba atención a la conversación que los dos chicos estaban teniendo. Simplemente repetía en su cabeza una y otra vez que se había quedado atrapada en una pesadilla.

Taehyung sabía que Sae estaba realmente afectada por la actitud de Yoongi pero sabía que era lo mejor para ella por los momentos. El mismo Yoongi le había pedido que no le dijera nada a la chica y que simplemente estuviese al pendiente de ella. 

Por supuesto que a Tae le hubiese encantando decirle a Sae Wa que no se preocupara, que todo era una fachada mientras Yoongi buscaba algún punto débil en Min pero no se arriesgaría a que la chica corriera a los brazos de Yoongi sólo para decirle que ella lo apoyaría. No, no podía hacer eso. 

— Ya tuve mi planta, Charlie. Aún sigue vivo.

— Es un cactus, Tae. No es que debas prestarle mucha atención para que siga vivo —Refunfuñó Jimin mientras le pasaba una cinta de color roja a Sae para que esta le hiciera un lazo al regalo.

Jimin por su parte no sabía muy bien de qué iba la situación de Yoongi y Sae y tampoco preguntó, simplemente se limitó a acompañarla como siempre a casa, a consolarla si de casualidad la encontraba llorando, a cocinarle si Sae no había ni almorzado en los días en que se le olvidaba que debía comer. 

— ¿Te parece este estampado para la bolsa, Jimin? —Preguntó ella. Estaba poniendo su mejor esfuerzo para no lucir desanimada pero ambos chicos sabían que no se encontraba bien.

— Sí ese de campanas está bien, ¿a ti te parece?

— Claro —Comentó ella y volvió a su labor de envolver el regalo.

— Jimin, ¿la acompañarás de vuelta a su apartamento? —Preguntó Taehyung recogiendo su abrigo que estaba sobre uno de los muebles de la sala. Se cerró el cierre hasta el cuello y se desordenó un poco el cabello. 

— No, Sae me dijo más temprano que se quedaría hoy aquí.

Taehyung simplemente se encogió de hombros. 

— Bueno entonces yo me voy, mañana es fin de semana y necesito recargar baterías hoy para que mi cuerpo aguante el sábado y el domingo —Dijo dejando salir un suspiro de satisfacción —¡Nos vemos, perdedores!

neon → min yoongiWhere stories live. Discover now