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1 mes atrás.

A Yoongi no podía habérsele ocurrido plan más maqueavélico que el que tenía en mente pero si quería cubrir todos los frentes, elaborar un plan en el que saliera beneficiado y finalmente estar con Sae Wa entonces tenía que hacer lo que se decía así mismo que debía hacer.

  — Vamos a hacer algo. Cierra la puerta. 

Su joven esposa frunció el ceño, con la mirada cautelosa hizo como pidió el pelinegro y este la invitó a sentarse luego de asegurarse que la puerta estuviese trancada. Yoongi cerró los ojos y meditó unos segundos antes de hablar. No sabía cuál sería el curso que tomarían las cosas pero tenía que arriesgarse, no había otra forma.

  — Tú quieres un hijo —Puntualizó y la mujer frunció aún más el ceño.

— ¿Qué clase de pregunta es esa? Por supuesto que lo quiero.

Yoongi entrelazó sus manos bajo su mentón para sostenerlo, podía sentir su propia respiración chocar contra sus nudillos. Su mirada gélida empezaba a incomodarla a ella.

— Y... —Yoongi ignoró la creciente actitud de defensa que empezaba a tomar su esposa —¿Tiene que ser necesariamente mío?

— ¿Discúlpame? —Ella se levantó de prisa y apretó los puños —¿Qué estás queriendo decir?

Yoongi soltó un largo suspiro, impaciente abrió el cajón de su escritorio y colocó sobre él una sola foto. Una vistazo fue lo único necesario para que ella la tomara entre sus manos temblorosas y la rompiera.

— ¿Intentas chantajearme? —Su labio inferior temblaba al igual que su voz a pesar de que intentaba mantenerse firme.

El pelinegro negó suavemente, estaba cansado —Intento buscar una salida. Una para mí y otra, si quieres para ti.

— ¿Salida? —Ella volvió lentamente a su asiento y Yoongi notó que ya no estaba tan tensa. Quizás ella también necesitaba esa palabra para sentir que tenía escapatoria.

Salida. 

  — Ambos sabemos que nuestro matrimonio fue arreglado por nuestras familias. Tú tampoco querías casarte conmigo aunque admiro que lo hayas intentado todo este tiempo —Dijo volviendo a clavar sus oscuros ojos en ella sólo que esta vez una pizca de tristeza se asomaba en ellos.

Yoongi sabía que ella no era una mala persona. Caprichosa y otras cosas sí pero mala no era una de sus características. 

Por eso se estaba dando la tarea de entenderla un poco.

— Y sé que a quien quieres es al hombre de la foto —Ella intentó decir algo pero Yoongi levantó su mano pidiéndole que se detuviera —No tienes que saber cómo lo sé, tranquila. No estoy diciéndote esto para chantajearte.

— ¿Entonces?... —La pregunta quedó suspendida en el aire. Se notaba el desespero en su mirada.

— ¿Conoces a Sae Wa, verdad?

— ¿Por qué demonios estamos hablando de esa chica? —Calló de repente —Ah... Entonces sí. ¿Tienes algo con ella, no?

Yoongi no respondió de inmediato.

— La amo, ¿es suficiente para ti?

La mandíbula se le tensó, sospechaba que Yoongi y Sae Wa tenían algún tipo de relación pero no creyó que fuera más que una aventura.

— Y porque la amo no puedo darte un hijo, ni ahora ni nunca.

— No entiendo tu punto, Yoongi.

— Pero tú sí puedes tener un hijo —Yoongi ojeó los pedazos de fotografía que se habían quedado sobre el escritorio —Con la persona que amas.

Ella abrió los labios, tartamudeó algo inentendible y luego calló.

— Él sabe que eres mi esposa y eso no le ha impedido que se vean a escondidas, dime, ¿querías tener un hijo conmigo por la insistencia de tu familia? ¿para que no sospecharan que tenías una aventura? —La voz del pelinegro era dura —Nada de eso me importa, de verdad. Si quieres un hijo de alguien que de verdad quieras entonces... —Se levantó de la mesa captando la atención de la chica quien lo seguía con la mirada —Hazlo. Tenlo. Tienes mi permiso, no diré nada. 

Ella se llevó ambas manos a la boca cubriéndola.

— Podemos decir que es nuestro para que ninguno de los dos se vea afectado, tú más que nadie.

— Yoongi, ¿qué... intentas?

— Después de un tiempo podemos divorciarnos, después de todo a nuestras familias sólo les importa un heredero. Más a la tuya, así que... —Yoongi sonaba firme, decidido aunque sabía que lo que estaba pidiendo era una locura. Se sentía sin escrúpulos.

Pero Sae Wa...  

Y con la limitante de que no podía tocar a nadie más que a ella. De sólo pensarlo se le erizaba la piel.

  — Habla con él, dile que yo mismo te he sugerido este plan y si acepta... —Yoongi caminó hasta donde estaba su esposa.

Sus rodillas tocaron el suelo.

— Si tengo que pedírselo a ambos, si tengo que pedirles que sean feliz a escondidas para que yo también pueda serlo... —Sus ojos lejos de lucir duros y gélidos ahora sólo estaban llenos de súplica —Cuidaré del bebé, le daré todo lo que necesite si su verdadero padre no puede. Le daré mi apellido y velaré por él siempre que tú no estés. Lo prometo, te doy mi palabra y todo lo que tengo —Apretó los labios en una mueca lastimera —No puedo hacerte feliz, no puedo amarte ni nunca lo haré.  

  — Lo que estás diciendo es una locura... si nos descubren.

Yoongi tomó sus manos.

— No lo harán, será nuestro secreto. Lo juro —Pidió apretando suavemente las manos de la chica—Ahora, por favor... 

No tenía que pedirlo más. 

Ella se levantó zafándose del agarre del pelinegro y caminó hacia la puerta, se giró antes de salir.

— Sólo acepto porque yo tampoco podría amarte nunca, Min Yoongi.

Él se veía arruinado aún de rodillas en el suelo. Había implorado por su libertad por muy estúpido que sonara. 

  — Espera —Pidió afincando una pierna y luego la otra para levantarse —Antes de que te vayas, quiero pedirte un último favor. 

Y luego de rogar por su libertad también le pediría que le salvara la vida si llegaba el momento.   




❀ 

¡este y los dos capítulos que vienen explicarán algunas cositas que quedaron pendientes para que entiendan todo mejor o confirmen sus sospechas!

¡lxs quiero, ya se acerca el final!

neon → min yoongiWhere stories live. Discover now