Volviendo a Ti (Trunks y tú)

Capítulo: 13

Al llegar a la casa de los Son, Milk me recibió con los brazos abiertos ganándose un abrazo de mi parte, me invitó a pasar y me advirtió que Gokú se encontraba entrenando y que Goten estaba preparando la mesa.

– ¿Puedes llamar a Gokú? – preguntó.

— claro — salí de la casa y volé hasta llegar a una altura donde podría ver dónde se encuentra Gokú, cuando por fin lo ví grité — ¡GOKUUU, LA COMIDA ESTA LISTA! — apenas termine de desir eso Gokú se teletransporto hacia mí y nos teletransporto a ambos al comedor de la casa — ¿Qué demonios? — miré a todas partes hasta que me dí cuenta de dónde estaba.

– ¿Donde está la comida? – preguntó.

– ¡Gokú, ven a ayudarme! – exigió su esposa.

De inmediato el fue a su rescate mientras que Goten Ingreso al comedor.

– hola Gine, ¿Qué pasó con Trunks? – preguntó.

— tenía cosas que hacer — me encogí de hombros con molestia.

– ajá, bueno disfrutemos el almuerzo – sonrió.

— claro, siempre me ha gustado mucho como cocina tu mamá — sonreí.

(...)

— no lo sé, las cosas están bién y de repente todos se derrumba con el — me restregue las manos por el rostro en modo de frustración.

– si tanto te frustra estar con el, pues déjalo – paró en seco haciendo que yo también parara para luego pararse frente a mi y tomar cada extremo de mis hombros.

— las cosas no se solucionan así — reí.

– pero podrías – acercó rápidamente su rostro al mío, antes de que logrará besarme le dí un puñetazo en la cara mandando lo a volar.

De repente sentí el Ki de Trunks muy cerca, al darme vuelta note que estaba mirando con enfadó a Trunks.

– tú y yo vamos a hablar – me señaló.

— mira, si quieres hablar de algo conmigo te recomiendo no hablarme así — exclame totalmente enojada.

– bién – se dió vuelta y voló seguido de mí.

— no vamos a hablar en la casa, aquí mismo — pare en secó, me gire sobre mi eje y lo mire fría — estos últimos días estuve aguantando tus estúpidos celos, mirá yo no tenía idea de que vendría acá con mis hermanos, pero no sabes cuánto me alegré, quería volverte a ver al menos una vez más —fruncí el ceño — me duele tanto que desconfíes de mí, no se que es lo que ves en mi, quizás una sinvergüenza que juega con todo el mundo — sentí las lágrimas bajar por mi rostro — jamás jugaría con el cariño de nadie y mucho menos con el tuyo, pero ya no puedo hacer nada, se nota que siempre vas a desconfiar en mi — me seque las lágrimas con el dorso de mi mano.

– Gine..no es que desconfíe de ti, no confío en Goten, el gusta mucho de ti – se quejó mientras con una mano acariciaba mi mejilla y con la otra me tomaba por la cintura.

— lo que has dicho a sido una completa estupidez, no necesito que confíes en el, solo debería bastarte el saber que yo te quiero y confiar en mí — me separé bruscamente — no necesito esto — nos señalé.

Sin decir más salí volando a gran velocidad, dejándolo atrás, al llegar a la casa me encerré en mi habitación para luego tirarme a la cama a llorar.

— un Dios no debería llorar por un simple mortal tan estúpido, celoso, inferior, encantador, lindo, inteligente y Ashhh — chillé sobre la almohada.

– wow, problemas en el paraíso – escuché la voz de Wiss.

— ¡W-Wiss! — me senté en la cama.

– ¿Qué sucede, pequeña? – preguntó con preocupación.

— Tío, yo sé que te puedo confiar cualquier cosa...¿Verdad? — pregunté mientras secaba las lágrimas.

– Claro que si, me ofende que lo dudes – se quejó.

— bien, quizás sea dificil de entender, nos es normal entre los nuestros — suspiré.

– ve al punto – chillo.

— me enamoré de un Mortal — sentí las lágrimas bajar por mis mejillas.

– bien, el primer paso para resolver un problema es aceptarlo, el segundo es buscar la manera de resolverlo y el último es resolverlo – cito – pero esto no es un simple problema, aunque me lo veía venir – suspiró.