Reencuentros

282 6 0
                                    

//Narra Joe//

Reconozco que con Annie no me había portado de la mejor manera, por eso hice lo único que se me ocurrió. Alguna vez Kev me había dicho que la caballerosidad nunca pasa de moda, yo era un niño aún, por lo que poco y nada le entendí. Sin embargo, ahora que ya soy un hombre, lo puse en práctica.

* Mu-mucho gusto.- respondió Annie, tímidamente.

Creí que las cosas comenzarían a ir bien y sonreí, pero supongo que me equivoqué con ella, para variar. Annie es la chica más complicada y poco consecuente que conozco. Primero se sonroja y acepta mi beso, pero después, después…

* ¿Me sueltas la mano? Me la estás apretando muy fuerte.- declaró ella.

De lo nervioso que estaba, no noté que le estaba tomando la mano con demasiada fuerza. Apenas se la solté, vi que mis dedos le habían quedado suavemente marcados en su blanca piel.

* Lo siento.- balbuceé, poniéndome de pie- No me di cuenta.-

* Nunca te das cuenta de nada…- dijo, ya más seria y evitando mi mirada- … Sabes algo, Joseph…- agregó.

* Joe.- interrumpí con una sonrisa- Ya nadie me dice Joseph.-

* Pero yo sí, Joseph… - continuó, tranquila y aún sin querer mirarme- …me tengo que ir ahora…esta vez no me sigas… -

Y así, sin siquiera decir adiós, una vez más, desaparece de mi vida. Tiene que ser una broma. ¿Por qué, Annie? ¿Por qué no me permites conocerte? Sé que no te amo, porque para amar hacen faltan más que tres encuentros, pero algo está surgiendo dentro de mí… un sentimiento que casi no puedo controlar…

//Narra Nick//

Antes era Kev quien sacaba la basura, porque siempre que lo hacía se encontraba con Amanda, pero ahora el dichoso trabajito lo tenía que hacer yo. Mamá me lo pidió después de cenar, y pues, como ella estaba entre que caía y no caía en una depresión, no quise decirle que no… Pero Joe pudo haberlo hecho, aunque, a decir verdad, llegó con un ánimo terrible después su paseo por la ciudad. Quise preguntarle qué pasó, pero sólo me dio un portazo en la cara.

* ¡Qué comunicación, hermano!- le grité indignado desde afuera de su cuarto.

Joe no respondió. Decidí ir a la cocina por la dichosa basura y sacarla de una vez por todas, antes que se hiciera más tarde. Salí por la puerta trasera [no por la ventana, como cuando se fugó xD] y caminé hasta el contenedor que estaba entre mi casa y la de Amanda.

¡Dios, qué tiempo que no me correspondía a mí esta labor! Creo que algo de práctica había perdido, pues se me hizo lento y hasta un poco complicado... Ok, lo reconozco, me asquea tocar la basura, y hasta aguanto la respiración mientras la tengo cerca… Joe jamás debió pedir esa comida coreana que no le gustó y terminó arrojando aquí, pues ahora apestaba horrible. Apenas pude la eché dentro, sintiéndome victorioso al liberarme de la escoria, pero una voz familiar me detuvo antes de poner la tapa al contenedor y terminar con el trabajo.

* ¿Cómo está Kev?-

* Bien, Amanda… Pero ha cambiado algo.- respondí, dándole un vistazo.

Lucía muy triste, extremadamente melancólica, y tenía los ojos rojos e hinchados. Supongo que ha llorado demasiado por la invalidez de Kev, pero no entiendo por qué no lo ha estado apoyando en estos duros momentos. Es su novia, tendría que estar con él.

* ¿Pero aún bromea con ustedes, cierto?- me preguntó, mientras la voz se le quebraba- Le encanta hacer eso.-

* Ya casi ni nos habla.- expliqué, triste también- ¿Por qué no lo vas a ver a la casa ahora? Lo animarías mucho.-

Los ojos se le humedecieron, mientras se mordía los labios para evitar llorar. Se cruzó de brazos, como dándose fuerzas para no caer al suelo. Realmente se veía muy débil y frágil iluminada por la tenue Luna. Se miraba los pies mientras me hablaba, como evitando cualquier contacto con un Jonas.

* Kev terminó conmigo.- me contó, ya sollozando- ¿Lo puedes creer?-

* Yo…-

* No sé para qué te digo esto a ti.- me interrumpió mientras las lágrimas le recorrían las mejillas sonrojadas- No puedes hacer nada para que él vuelva a quererme…-

Simplemente no soportó más, y se fue llorando a su casa como una magdalena. Me dejó con la palabra en la boca y sin entender nada. ¿Kev había terminado con ella? ¿Cómo, si la amaba tanto? ¿Acaso Kev ahora quería a Lucy?... No comprendo.

Iba a regresar a mi casa, cuando alguien me tomó del brazo y me obligó a voltearme. Mi corazón se descontroló cuando la vi, después de tanto tiempo esos ojos verde esmeralda me devolvían la mirada. Seguía tan hermosa como siempre… y yo seguía amándola, quizás más que antes…

* Lucy.- susurré, mientras me sonrojaba como niño enamorado.

Another Day in the ParadiseWhere stories live. Discover now