Nuevos Desafíos

279 4 0
                                    

//Narra Nick//

No quería ir a la escuela, pues me sentía extraño volviendo ahí de pronto. Seguía siendo amigo de algunos de los chicos con los que compartía los recesos, pero la gran mayoría ya había olvidado esa amistad, cuando los tuve que dejar por las giras de la banda. Además nunca faltan esos amigos que aparecen de la noche a la mañana cuando de pronto comienzas a sonar en las radios.

Joe me dejó solo, pero yo aún no entraba al colegio. Tenía reticencia, creo que perdí la práctica de sentarme en un pupitre con otros veinte compañeros, de verdad me parece ir a visitar un mundo extraño y nuevo, del que no tengo ningún conocimiento reciente.

Miraba atentamente la arquitectura de la privada, confuso e intranquilo (sinceramente no quería entrar), cuando alguien se estrella contra mí a gran velocidad. Me doy la vuelta, sorprendido y descubro a Annie, frotándose un brazo.

* Lo siento, no fue mi intención.- me dijo avergonzada, sin dejar de mirar el suelo- Me quedé dormida y corría para llegar a tiempo a clases…-

* Tranquila, Annie, soy un hombre fuerte.- respondí, sonriendo.

* ¡Nick!- gritó contenta cuando notó que había chocado conmigo- ¿Qué haces aquí… y por qué traes el uniforme de la escuela?-

Le conté todo en un pequeño resumen, la forma en que papá me castigó y las escasas ganas que tenía de ingresar a la sala de clases. Ella dijo que me comprendía, como siempre, pero que lo más sano y bueno era entrar y tomar las clases, después de todo, tenía tiempo suficiente para acostumbrarme. [¬¬]

* ¿Sabes lo que pienso?- le pregunté de pronto, mientras tocaban el timbre que indicaba que debíamos entrar de una vez.

* No lo sé.- respondió y miró hacia el patio interior, que quedaba a la vista desde la puerta, donde los alumnos corrían apurados a clases- Dime rápido o llegaremos tarde a clases.-

* Yo no voy a ir a clases, al menos no hoy… -decidí muy campante- …me duele la cabeza.- mentí cuando Annie me preguntó si es que tenía alguna razón “justificada”- Cuando uno se siente enfermo, debe irse a su casa, a descansar en su cama, ¿no crees?-

Annie me miró un segundo mientras pensaba qué me decía. Pensé que me reprocharía mi irresponsabilidad, pero no dijo nada. Sólo sonrió, me dio un tierno beso en la mejilla y se entró a la privada, antes de llegar más tarde a clases.

* Ni modo.- me dije a mí mismo, encogiéndome de hombros- Ahora, a vagar.-

Me saqué la corbata y la chaqueta de la escuela, y las guardé en mi mochila, para que si alguien me veía en la calle, no me relacionara con un alumno fugado de clases… aunque eso era en lo que me estaba convirtiendo. Le di un último vistazo a la escuela, y me alejé a paso rápido, antes que un Inspector saliera y me sorprendiera en plena huída.

//Narra Joe//

Me encontré con papá en la dirección que me había indicado. Él tenía una gran sonrisa en los labios, y al parecer se sentía orgulloso de lo que había hecho… ¡Dios, ojalá no tenga nada que ver con la carnicería! De verdad, sería terrible trabajar todos

los días, sacando y entrando carne a un refrigerador gigante, como si yo fuera animal de carga.

* ¿Preparado para conocer a tu jefe?- quiso saber, mientras me daba unas palmadas en la espalda.

* ¬¬… ¿puedo decir que no?-

Una vez juntos, comenzamos a caminar en silencio, uno al lado del otro, él con más energía y ánimo que yo, claramente, pues no le esperaba ninguna sorpresa como parte de algún castigo. Anduvimos varias calles avanzando entre la gente que se aglomeraba en las aceras, pues, como ya dije, íbamos por el centro de la ciudad, el que era muy concurrido.

De pronto un olor me llegó a la nariz y me golpeó con fuerzas. Era ese aroma a carne cruda que yo tanto odiaba, y al que ahora tanto le temía. Papá avanzó directamente hacia la carnicería. Yo me detuve, pasmado. No quería trabajar ahí, de ningún modo ese sería mi destino. ¿Me imaginan caminando con la carne en la espalda? =S De verdad sería algo lamentable, puedo hacer muchas cosas más, hasta actor callejero, pero no me hagan trabajar en la carnicería, por favor.

* No voy a entrar ahí.- declaré, firme en mi decisión.

* ¿Y por qué entrarías a la carnicería?- preguntó mi padre, dándome una sutil mirada, y levantando una ceja.

* ¿No voy a trabajar ahí, entonces?-

* Pues claro que no, ¿qué pensabas?-

* ¿Yo?... ¬¬, la verdad nada jajaja…- reí nervioso y algo más aliviado.

Al menos ya podía respirar tranquilo. Papá no me había castigado tanto como para llegar al extremo de hacerme trabajar donde yo menos quería, pero entonces, ¿dónde estaría mi jefe?

Seguimos avanzando y sus pasos me guiaron al Centro Comercial (CC). Dentro era enorme y magnífico, acogedor en este Invierno tan frío. Siempre me gustó ir ahí con mis amigos y alguna chica que me agitara el corazón :$, pero ahora me intrigaba saber si es que realmente ahí sería donde papá me encontró trabajo.

Pasamos frente a la tienda de deportes y mi ansiedad creció inútilmente; después nos dimos una vuelta cerca del patio de comidas, pero tampoco nos detuvimos ahí; seguimos subiendo escaleras, hasta llegar al cuarto piso. Era mi nivel favorito, ya que estaba la tienda de música que tanto me fascinaba.

Papá caminó hacia ella y yo lo seguí feliz. Si esto era un castigo, pues yo quiero estar castigado para siempre. Poco a poco nos acercábamos a la vitrina donde exponían las guitarras, ya no cabía en mí tanta dicha… pero, papá dobló antes de entrar a la tienda.

Maldije en silencio y le di una pisada fuerte al suelo, donde descargué mi frustración. Mi padre se detuvo en la tienda de al lado, miró hacia el mostrador desde afuera y me hizo señas para que lo siguiera al interior. Ni modo, creo que este sí sería mi trabajo.

Era una tienda donde vendían cosas para niñas pequeñas, pues todo estaba en tonos rosados y había peluches en los aparadores, además de mil objetos femeninos que yo obviamente no conocía, y a los que no les veía ninguna utilidad. ¡Qué lugar para trabajar!... Creo que prefiero la carnicería.

Alguien me tocó el hombro por detrás mientras decía:

* Al fin llegas, Joe Jonas.-

Me di la vuelta y la vi…

* Tanto tiempo.- respondí sorprendido y alegre al momento que ella me regaló una tierna sonrisa. Verla aquí me hacía sentir más acompañado.

Another Day in the ParadiseWhere stories live. Discover now