¡oh No, Evans! (james sirius potter) TERMINADA

9-tu hada madrina

9-tu hada madrina

Cuando james salió del baño, ya bañado y cambiado, se sorprendió al ver a sus amigos con pelos de colores y lo primero que hizo fue volver al baño y fijarse en el espejo que estaba pasando. Gritó y juro que artemisa lilliane Evans pagaría por lo hecho.

Durante una semana los merodeadores tuvieron su pelo de color verde. Habían recibido varias burlas.

James no dejaba de acordarse de la cara de artemisa al verlo, estaba fascinada con lo que había logrado tenía una sonrisa gigante en su cara. Cuando él la enfrento ella solo había dicho "no sé qué te hace pensar que fui yo" pero ambos sabían quién había sido la mente maestra de aquella broma, james solo necesitaba saber cómo había hecho que el chico nuevo la ayudara a ella.

El domingo los cinco chicos decidieron ir a pasar su tiempo libre cerca del lago negro, donde nadie pudiera molestarlos. Pero nunca estaban solos, annabeth se encontraba junto a percy y Nico cerca de ellos, vigilando que nada les pasara. Annabeth se quejaba de que artemisa no estuviera en aquel lugar, ¿Cómo podía descuidarlo así?

Durante una hora los tres se sentaron ahí sin hacer nada más que vigilar.

-listilla, si Lily no está acá es porque sabe algo que nosotros no

- ¿Qué estas queriendo decir sesos de alga?

-ella conoce este mundo mucho mejor que nosotros ¿crees que dejaría de vigilarlo sabiendo que está en peligro?

Y annabeth lo pensó y creyó que percy estaría en lo cierto si no fuera porque del agua salía un monstruo, annabeth le dijo a Nico que fuera a buscar a artemisa mientras que con percy empezaban a ir tras el monstruo.

Nico hizo un viaje en sombra hasta estar cerca del campo de quidditch, fue entonces que vio a artemisa salir y la llamo. Vio como esta se detenía junto a sus amigos y les decía que luego volvía con ellos.

Ella se acercó hasta él, tenía la excusa de decir que debía ayudarlo a integrarse debido a que era la prefecta. Pero cuanto más se acercaba a él, sabía que algo no iba bien.

- ¿Dónde está? - sabía que annabeth lo estaría viendo. Su amiga no pensaba que ella pudiera hacerlo sola.

Empezaron a correr hacia donde ellos estaban. En cuanto llegaron Artemis se sacó un broche de la cabeza, haciendo que todo su pelo cayera, se maldijo por no haberse dejado el peinado del entrenamiento. Ella tiro de la serpiente para abajo y se desvaino una espada.

El mango era precioso, era una serpiente, justo como lo que ella amaba.

Miró a annabeth y como esta le daba una mirada de desaprobación.

Artemisa se acercó al monstruo. Ella lo reconoció, era uno de los monstruos del infierno, era un ciclope. Miro hacia todas partes y solo pudo ver a james, pero no a percy así que supuso que percy se había llevado a los demás a un lugar seguro, un lugar donde el monstruo no fue la atracción principal.

Empezó a correr hacia el con la espada levantando, artemisa sabía exactamente qué hacer. Primero fue hacia las piernas, haciéndole heridas lo bastante graves como para inmovilizarlo al menos un poco.

Pero todo sucedió tan rápido, de un momento para el otro, el ciclope que media más de lo normal, agarro a artemisa por el cuello.

-nadie se mueve- dijo el ciclope, y ninguno de los semidioses, que habían llegado en cuanto artemisa estaba siendo elevada en el aire, se movió. –ella te quiere- le dijo por lo bajo solo para que ella lo escuchara. Esta levanto el brazo lo más que pudo y clavo su espada en la garganta del ciclope. Este la soltó, tratando de sacarse aquello del cuello.