Matices de gris

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Deslizó su mano por su largo cabello sujetado en una cola de lado hasta alcanzar las puntas, una nube de humo brotó de sus labios ocasionada por el cigarro que recientemente había encendido. Lo apagó en un cenicero que descansaba en la barra y sus orbes recorrieron el lugar.


Las personas en el establecimiento destilaba un intenso a alcohol, sudor y a humo de cigarro. En ese sitio de mala muerte estaba Neji Hyuga, en una misión de encubierto para descubrir pistas sobre el paradero a aquella mujer que le quitó su título intachable de casos cerrados.


Su cabeza evocó el recuerdo de la castaña descendiendo por las paredes externas del edificio con ayuda de una cuerda y con el anillo que se exhibía en el museo en el dedo anular, acompañada de una sonrisa sagaz escapando de sus labios carnosos. En ese justo instante se originó un salto en su pecho y una leve sonrisa se asomó en su rostro como respuesta y un interés creciendo incontrolable en su interior.


Se obsesionó investigando hasta que los medios fueran posibles, buscando algo que anteriormente se le había escapado o un descuido de la mujer al cometer el robo, más terminó aún más confundido que en el inicio. ¿Cómo pudo no dejar nada con lo cual rastrearla? ¿Cómo se había escabullido en el museo y burlarse de todas las medidas de seguridad? ¿Acaso fue el crimen perfecto? El Hyuga se negaba ante la posibilidad.


Cuando los recursos no le brindaron la ayuda que necesitaba, tomó medidas desesperadas. Se sumergió al bajo mundo del mercado negro, donde la mujer debió vender su jugoso botín. Él tenía que hacer su trabajo como detective de la ciudad de Konoha, debía encontrar a la ladrona y capturarla. Su ética forjada desde su infancia y por sus años como detective se lo exigía.


El bartender limpiaba perezosamente el vaso de cristal que tenía en sus manos y lo observó con unos ojos calculadores. Su cabello estaba recogido en una coleta alta y unos pendientes adornaban sus orejas.


-¿Otra? -sugirió señalando el vaso vacío del Hyuga.


Él simplemente confirmó con la cabeza, aunque se apreciaba que aquel empleado tenía nulas ganas de realizar su labor y pareciera que podría estar acostado todo el día observando las nubes pasar, se percató que era astuto y observador, además de estar en contacto con un gran número de consumidores y por supuesto, en el punto exacto para el tránsito de información.


-Necesito obtener algo...¿quién es el mejor en área?-habló profundamente.


El bartender observó cada uno de sus características mientras servía la bebida.


-¿De qué forma quieres obtenerlo? Hay distintas formas, de forma legítima o ilegalmente.


Neji frunció el ceño, en este sitio ¿existía moral? tomó un profundo trago de su cerveza y pensó detenidamente en la respuesta más aceptable.


-El robo en el museo de Konoha, la quiero a ella.-Miró directamente a los orbes del cantinero.


-Oh, Schmetterling...ella es....distinta. De alguna forma se dice que es legítima. -El hombre al otro lado de la barra sonrió levemente.- Ella recupera artículos a los auténticos dueños, es una ladrona que le roba a ladrones, irónicamente.

Antología NejitenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora