Maldito genio.

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Advertencia: Lime

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Una sonrisa ligera brotó de aquellos labios que desde hace tiempo le robaban el aliento, los aprisionó poseyéndolos con insistencia, sus manos danzando por su cuello descendiendo con lentitud, moviéndose con agilidad.

―Neji...―tartamudeó dejando salir un ligero gemido.

Con la mano libre silenció a la castaña, deteniendo sus caricias un segundo, para escuchar los ligeros pasos que había percibido a lo lejos en el pasillo. Los segundos pasaron como si parecieran siglos y luego el silencio apresó de nuevo esos pasillos.

Sus manos retomaron su camino, dejando a la vista aquellos pechos que le robaban el aliento entre clases al moldearse por su camisa de uniforme y de los cuales obtenía un consuelo era al final de la jornada. Mordió con fuerza aquellos labios carnosos con un discreto labial rosado, sus lenguas danzaron con desesperación.

Su mano se abrió camino, subiendo aquella falda del uniforme que resaltaba sus piernas níveas, apartó su ropa interior y estimuló su intimidad.

Tenten dejó salir un fuerte gemido que fue reprimido por la palma aprisionarte del castaño.

Sus pieles ardían con el contacto de la otra, transpirando, pidiendo más, necesitando ser parte del otro. Sus dedos se deslizaron en su interior causando que sus piernas temblaran, con ayuda del pulgar la estimulaba a la par que reprimía sus gemidos entre sus labios.

Ella se sintió desfallecer al llegar al punto cumbre. Sin descanso el Hyūga le dio la vuelta apoyándola levemente en el escritorio e adentrándose en ella sin reparo, arrancándole un grito entrecortado.

Los pasos volvieron deteniéndose en el pasillo, al otro lado de la puerta. Escuchó un leve toque en la madera, sin embargo no hubo una respuesta.

―El profesor Hyūga debería seguir en su oficina...―La voz estrepitosa del rubio director se escuchó del otro lado.

Neji presionó con fuerza su palma en la mano de Tenten y aceleró sus movimientos, sintiendo a la castaña temblar. La adrenalina llenaba cada uno de las células de su cuerpo.

La manija de la puerta giró sin éxito, el seguro estaba puesto, luego de unos segundos de intentos, se detuvo.

―Bueno, creo que se ha retirado antes, Lee habrá que programar nuevamente la reunión, Neji está abusando de mi noble corazón dattebayo, una vez se le permite salir antes y ya se lo toma de siempre.

Tenten sentía como la atravesaban con aquellas embestidas más fuertes, profundas y certeras, estaba perdiendo la cabeza. Justo cuando las voces se perdieron, los dos llegaron al punto cumbre, gimiendo a la par sin poder evitarlo.

El castaño recobró la compostura, subiéndose los pantalones y acercándose hacia la fémina para depositar un ligero beso en sus labios.

―Eres un maldito genio―susurró la castaña al recobrar el aliento.

―Te alcanzaré, vamos.

Se acomodó el uniforme y salió de forma discreta de la oficina de su profesor, siguiéndolo hacia el estacionamiento. Esas clases extracurriculares estaban dando grandes y satisfactorios frutos.

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¿He dicho que me gustan los alumno-profesor? JAJAJA siempre, sobre todo, amo las cosas prohibidas, creo que ahora es mas evidente por Confesiones. En fin, corto pero suficiente a mi parecer, no es como que pueda pasar algo intenso en la escuela.

¡Saludos!

Antología NejitenWhere stories live. Discover now