Bruno Lombardi. Frío,calculador y el hombre más poderoso de la mafia italiana, su mundo gira en reglas que nadie se atreve a romper, porque las hará cumplir a como de lugar,un experto en seducción, ninguna mujer se resiste a él.
Camila Steinfeld es...
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- Cálmese, señorita Steinfeld.
Y entonces lo veo entrar, Bruno está vivo, gracias a Dios. Cierro mis ojos y una imagen horrible se dibuja en mi mente, una que recuerdo muy bien.
- ¿Mami? ¿Dónde está papá? Lo espere en la entrada de la casa como prometí.
- Camila, nena. Papi se fue a un lugar en el que podrá ser feliz.
- Pero dijiste que saldría del hospital y vendría a casa a jugar con nosotras.
Mi madre se arrodilla hasta quedar a mi altura.
- Lo sé cariño, se que él te lo prometió pero esta vez..., está vez no se ha podido - llora mientras me abraza-. Él te envío esto, dice que siempre te amará con todo su corazón.
Tomo la fotografía en que aparecemos papá y yo en mis manos.
- También te amo papi.
- Bruno... - corro hasta donde encuentra y lo abrazo fuertemente dejando que mis lágrimas mojen su camisa. Él en cambio solo me rodea con sus brazos para después despegarnos de nuestro abrazo.
- Te dije que volvería. Deja de llorar ya por favor–. Dice mientras pasa sus manos por mi rostro y limpia mis lágrimas.
- ¿Porque tardaste tanto? Me preocupaste.
- Fue una noche difícil, dos de mis hombres fueron heridos y uno murió.
- Bruno ¿Que no te das cuenta? la próxima vez podrías ser tú.
- ¿Qué te he dicho acerca de que no me esperes?
- ¿Enserio? ¿Desapareces por casi dos días, y me dices que no te espere?
- Te deje las cosas claras ayer.
- Supongo que soy una estúpida, tienes razón no debí preocuparme por ti – digo dejándolo atrás y subiendo las escaleras hacia mi habitación.
- Camila apri la porta (abre la puerta).
- Vete, no abriré,
- No te comportes como una niña rebelde.
- No soy uno de tus hombres, para obedecerte en todo.
- Fue parte de lo que aceptaste ayer.
- Pues pierdes tu tiempo si piensas que voy a abrirte.
- Va bene. Buenas noches.
Que se joda, siente algo de tu propia medicina Bruno Lombardi. Me acuesto en la cama, para poder dormir plácidamente.
Vamos Camila, has pasado por cosas peores, es hora de mostrar la chica rebelde y confiada que eras antes de conocerlo. No voy a dejar que los recuerdos de lo que me dolió alguna vez vuelvan a heriste.
