Bruno Lombardi. Frío,calculador y el hombre más poderoso de la mafia italiana, su mundo gira en reglas que nadie se atreve a romper, porque las hará cumplir a como de lugar,un experto en seducción, ninguna mujer se resiste a él.
Camila Steinfeld es...
Jamás imaginé que me dijera algo como eso, jamas pensé que abriera su corazón de una forma tan honesta, se que le ha costado decirlo,no es el tipo de hombre que se exprese de esa manera, sus palabras me han dejado sumergida en un mar de emociones.
- Si - le respondo dándole una sonrisa-. Debo entrar por mis cosas.
- Va bene, te espero - dice a la vez que pasa sus manos por mis cabellos.
Me devuelvo a la casa para sacar mis cosas y encuentro a Laurent parada en la entrada de la puerta. Ha visto tal escena.
- Por más hombres como Bruno Lombardi - me dice dándome una risa.
- Cállate.
- Te trae loca ¿eh? Hasta quisiste aprender a preparar capuccino por él.
- Laurent muchas gracias por todo - digo abrazándola.
Quizás algún día pueda confesarle todo a mi amiga acerca del mundo que rodea a Bruno, y lo complicado que estar juntos.
- Anda, vete con tu hombre, deseo que les vaya muy bien juntos.
- Gracias Laurent por todo.
Saco las cosas de la casa de Laurent y me subo junto a Bruno a su auto.
- Deja de sonreír como si estuvieras conociendo Disneylandia - me dice al ver mi cara de idiota.
- ¿Es algo malo el sonreír?
- No tiene nada de malo, desde que lo que vean mis ojos sea tu sonrisa.
- Estas haciéndolo de nuevo.
- ¿Que? - dice levantado una ceja.
- Tus trucos de seducción.
- Ya te mencione que no los necesito.
- Bruno, ¿podemos pasar por mi casa? Quiero saber cómo está mi madre.
- De acuerdo, si es lo que quieres, iremos. Aunque sé que aun le llevas dinero.
Bruno conduce hasta mi casa, aparca el auto en la entrada de esta. La casa se ve igual desde la ultima vez que me fui, nada a cambiado en ella.
- ¿Quieres que te acompañe?
- No, iré sola.
- Va bene dea, te espero.
- Vale. No tardo - bajo de su auto y me dirijo a la entrada de mí casa.
Toco la puerta y mi madre me abre, ella está bien, por lo menos puedo verla de nuevo.
- ¿Qué haces aquí? - pregunta con ese tono de enojo en particular.
