The Tutor - Snarry5evr

07.- Oclumancia

—Lupin me ha informado que tu padrino desea que tengas lecciones de Occlumencia—.

Harry levantó la vista de su libro de Transfiguración del año seis recién cerrado. —Oclu... ¿Qué? —.

—Oclumancia, señor Potter. Por favor, trata de seguirme—dijo Snape desde detrás del escritorio. Se puso de pie y caminó alrededor del escritorio hacia Harry—Una rama oscura pero muy útil de la magia para la defensa de la mente contra la penetración externa. Es una habilidad rara y difícil, pero un Oclumante exitoso puede protegerse de un experto en Legeremante—Snape agarró el pergamino del escritorio de Harry.

Harry se animó—Conozco esa palabra. Es como un lector de ideas—.

Snape se burló—Legeremancia es más que leer la mente, Potter. Un buen Legeremante puede percibir tus emociones y pensamientos, así como acceder a tus recuerdos. Un experto Legeremante puede influir en tus pensamientos y emociones—.

Harry miró a Snape confundido—¿Pero por qué Sirius quiere que aprenda oclumancia, profesor? —.

—Eres un poderoso mago, Potter. Lo último que querrás es que una fuerza externa tome tus decisiones—.

Harry bufó—Un poco tarde para eso. Señor—agregó cuando Snape alzó una ceja hacia él. Harry se tragó una sonrisa.

—Levántate, Potter—Harry se levantó, agarrando su varita y mirando a Snape con escepticismo—Intenta despejar tu mente y vaciarte de emociones—Snape apuntó su varita hacia Harry—¿Listo? —.

Harry asintió—Creo que sí. Probablemente no—.

Snape resopló molesto—Uno... dos... tres. Legeremens—.

Harry fue repentinamente bombardeado con recuerdos. Tenía cinco años, estaba en Hyde Park y veía a Dudley paseando a su nuevo caballo. Tenía nueve años, visitaba a la tía de Dudley en su propiedad, Dudley y sus primos se reían cuando un gran perro de caza persiguió a Harry. Tenía once años y discutía con el sombrero de clasificación. Se estaba deslizando por los campamentos en las finales de quidditch, Cedric lo llevó a una tienda de campaña.

—¡No! —Harry estaba en el piso y la varita de Snape estaba al otro lado de la habitación.

—Me has hechizado, Potter—Él convocó su varita desde el otro lado de la habitación—Se supone que debes alejarme de tu mente. Ponte de pie—Harry se levantó—¿Quién era el niño, Potter? —.

Harry frunció el ceño—Nadie. Adelante—.

Snape apuntó su varita—Uno... dos... —.

—Tres. Legeremens—Severus se metió en la mente de Potter. Sintió las emociones de un niño de diez años, parado frente a un gran retrato, viendo a sus padres por primera vez. La emoción de un niño de trece años deslizándose por las calles de París. Un chico de quince años, sofocándose dentro de las paredes de una escuela Muggle. La acometida de la conciencia sexual como labios suaves presionados contra...