The Tutor - Snarry5evr

08.- Festividades

—¿Qué estás tramando, Potter? —.

Harry miró el tono sospechoso de su tutor y sonrió, angelicalmente esperaba—Nada, Profesor—.

El hombre lo miró con recelo—Lo dudo, Potter. Has estado encorvado sobre ese escritorio por casi una hora. Fuera de él—.

Harry miró el pergamino en el escritorio y volvió a mirar a su tutor—Estoy comenzando una tradición, profesor—.

—¿Oh? — El hombre preguntó, esa deliciosa ceja arqueada solo así. Cruzó la habitación y se acomodó en una silla frente al escritorio—¿Y qué tradición sería eso? ¿Ignorar tus estudios? —.

Harry se sonrojó—No he estado ignorando mis estudios, profesor. Solo poniéndolos en espera por unas horas. He decidido que, dado que tomaré el cargo de Señor de la mansión el próximo año, debería dar el ejemplo—Él sostuvo la lista—Estoy preparando una celebración para el pueblo por la temporada navideña. No hay nada excéntrico, fíjate. Una festividad de luces de Yule para los hombres y una fiesta de Navidad para el pueblo después de la iglesia—.

El profesor inclinó la cabeza hacia un lado—¿No volverás a Londres con Sir Lupin para las vacaciones? —.

Harry se rió—¿Esperando un descanso de mi parte, Profesor? —Él sacudió un dedo hacia él—No te librarás de mí tan fácilmente—Un pensamiento se le ocurrió a Harry y frunció el ceño—A menos que tengas planes. Si necesitas irte...—.

Snape negó con la cabeza, interrumpiendo a Harry—No. No tengo dónde estar. Supongo que también estás atrapado conmigo—.

Un pequeño estremecimiento recorrió la columna vertebral de Harry y tuvo que morderse el labio inferior para no sonreír como un idiota. Volvió a mirar el pergamino en su mano, más para aclarar su mente que para volver a leerlo. Se mordió el labio inferior, chupándolo entre sus dientes mientras su mente repasaba la lista por enésima vez. Solo sabía que estaba olvidando algo. Se pasó la lengua por el labio superior varias veces antes de que un ruido lo trajera de vuelta a la habitación. Levantó la vista y vio una expresión de dolor en la cara del tutor.

—Oh, lo siento, profesor. Estuve ensimismado. Creo que he cubierto todo. Sin embargo, siento como si hubiera olvidado algo—.

Snape extendió su mano—Lo revisaré por ti. No tengo mucha experiencia en la planificación de fiestas, pero, conociéndote, es muy probable que se trate de un pequeño asunto que ha pasado inadvertido—.

Harry le pasó el papel al hombre y observó ansiosamente mientras sus ojos escaneaban el documento. Harry vio como los largos dedos del hombre daban en la parte posterior de la página. Anoche había soñado con esos dedos otra vez. Tocándolo, rozando su sensible carne, cardando a través de su despeinado cabello mientras sus bocas se juntaban. Harry no trató de detener los sueños, los animó de hecho, se deleitó en su naturaleza pecaminosa. Había encontrado un libro, escondido en la biblioteca, con un capítulo sobre cómo prepararse para la penetración anal. Harry no fue lo suficientemente valiente como para hacerlo él mismo (todavía), pero la noche anterior sin duda había fantaseado con esos dedos largos que se deslizaban dentro de él. Harry negó con la cabeza, despejando la imagen y deseando que su pene se endureciera.

—Bueno, no tienes nada para entretener a los niños, Potter—La voz de Snape rompió sus pensamientos. Harry lo miró—Después de la cena que has planeado, los aldeanos desearán conversar, mezclarse. Lo has previsto con el extra de Brandy y Ponche, pero ¿qué harán los niños mientras sus padres chismean? Harás que corran por la casa, deslizándose por la barandilla? —.

—Oh, no había pensado en eso. ¿Qué sugieres? —Harry miró inquisitivamente a Snape y el hombre pareció sorprendido, como si estuviera sorprendido de que Harry le preguntara sobre todas las personas.