The Tutor - Snarry5evr

11.- The Sorting Hat

La Señora Cottager, con los ojos llorosos, saludó a Harry menos de una semana después, era difícil pasar por alto el parecido con la doncella. El pequeño niño de once años estaba demasiado impresionado por su entorno para prestar mucha atención a los adultos. Harry hizo todo lo posible por tranquilizar a la mujer e invitó a su hija a unirse a ellos. Le costó algunas veces convencer a la dama de que realmente iba a patrocinar a su hijo y no pediría nada a cambio. Incluso vería si conseguía un trabajo en el Ministerio si el chico lo hacía lo suficientemente bien. Acordaron reunirse en el Caldero Chorreante el segundo sábado de agosto para comprar los útiles escolares del niño.

Harry y Snape volvieron a su rutina de clases. Ahora que Harry había dominado la Oclumancia y la Legeremancia, pasaron a la magia sin palabras. Hacia fines de mayo, Snape tenía el claro temor de quedarse sin material de enseñanza mucho antes de que llegara el momento de los E.X.T.A.S.I.S. Tomó la decisión de acompañar a Harry y los Cottager al Callejón Diagon en agosto. Informó a Harry de esto al mismo tiempo que le dijo que tomaría sus vacaciones de dos semanas el primero de julio. Harry estuvo de acuerdo en que sería aceptable ya que Ron lo había invitado a visitarlo en esa fecha.

Snape acompañó a Harry a la Madriguera y se lo entregó a la matriarca Weasley antes de desaparecer. Harry estaba contento de ver la acogedora morada y perderse en la gran familia. No tan grande como el verano anterior, ya que Charlie había regresado a Rumania y Percy se había mudado a Londres para estar más cerca de su trabajo. (Aparentemente ir por flu para trabajar con el padre de uno no era lo correcto) Fred y George se habían mudado a un piso arriba de su tienda, pero todavía pasaban la mayoría de las noches en la mesa de cena Weasley. Bill y su prometida Fleur pasaron la mayor parte del tiempo en un rincón discutiendo la boda y Ginny había invitado a un amigo de la escuela. Una chica rara llamada Luna Lovegood que no vivía lejos de los Weasley. Harry corrigió su pensamiento anterior. Estaba tan lleno como el año pasado.

—¿Qué? —Harry le susurró a Ron—¿No hay Hermione? —.

Harry vio a su amigo sonrojarse—Ella no estará aquí hasta el final de la próxima semana—.

—Ah. ¿Sienta el viento en esa esquina, entonces? —.

Ron rodó los ojos—Desearía que dejaras de citar a Shakespeare, Harry. Ya es bastante malo que tengamos ese maldito retrato que piensa que él es el mismo Bardo, citando hacia nosotros cada vez que caminamos por el corredor del quinto piso. Pero sí, lo hace—.

Harry se rió entre dientes—Ella es buena para ti, Ron. Te mantendrá en el camino correcto—.

Ron sonrió—Sí—.