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▶(つ°ヮ°)つ Hola lindas, regrese. Para las que no están enteradas estoy agripada faltando a clases, pero eso no me hace perder el tiempo. Hohoho, claro que no. Espero que disfruten el capítulo y gracias por el amor que le dan al fic✨💖. Después de esto, empieza lo bueno.







Era algo tan estúpido para la mayoría que pasaba a un costado mío. Y debería pensar igual que ellos pero mi mente decía lo contrario.

Dolía.

Dolía tanto física como emocionalmente.

Además de crear un miedo irracional que generaba un vértigo abrumador que nunca antes experimente, llegando a asustarme.

El piso se sentía frío, las manos de Akemi temblorosas y su voz preocupada tan lejana que era un eco en segundo plano en mi mente.

—Haewon deja de llorar. Por favor.

Mi respiración era irregular, el corazón me dolía horriblemente al sentir que lo estrujaban con una fuerza tremenda. Lágrimas caían por mis mejillas sin poder detenerlas, dolía, dolía mucho.

— Haewon...

Me aferre a mis piernas apoyando la cabeza en las rodillas, ignorando a cualquiera, Akemi tal vez estaba más confundida que yo, pero a pesar de todo había algo de lo que si era consiente. Aquel malestar, aquel dolor, aquella desesperación, era debido a Jungkook.

Jungkook.

¿Cómo era posible que tanto dolor fuera a causa de una persona?

Pero sobre todo, que deseara tanto poder tenerlo cerca.

Había logrado que me hunda en un gran hoyo sin fondo. Sentía que no quería tenerme cerca, que me odiaba.

No, no, ¡no! Él, a él... le gustas.

— Haewon, por favor deja de llorar. Me pone triste verte así y lo peor es que no me dices qué te sucede.— a nuestro lado algunas personas me miraban extrañados y como no. Si me encontraba en medio del pasillo llorando como si estuviera en un velorio. De un momento a otro Akemi dejó de estar en cuclillas de golpe. —¡Hyunseok! ¡Hyunseok, maldito idiota! ¡ven aquí! ¡Rápido!

Escuché unos pasos apresurados en nuestra dirección, lo sentía lejano como si nada existiese a mi alrededor solo aquel dolor inmenso que perforó mi pecho, golpee esa parte intentando inútilmente calmar el dolor.

Kim Hyunseok miró la escena horrorizado.— ¿Qué sucede? ¿Haewon?—se arrodilló frente a mi, tomo mi rostro entre sus manos y el simple hecho que me toque me dio náuseas. — Akemi dime quién cojones le ha hecho esto a mi hermana.

Escupió con rabia, ahí aproveché para alejar mi rostro de sus manos volviendo a abrazar mis piernas.

— ¡No! Nadie le hizo nada. Estábamos en el pasillo y de un momento a otro empezó a llorar. Hyunseok, te juro que no se lo que le sucede, solo... has que se calme. No quiere decirme nada.

Mi mente estaba en otro lado, el llanto no cesaba. Hyunseok trato de que le hable pero fue en vano, no me di cuenta cuando paso su brazo debajo de mis piernas alzándome para mi sorpresa. — ¡Su-ueltame! — patelee con fuerza a la vez que el chasqueo la lengua. — ¡Que me sueltes!

— ¡No!— me aferró más a su cuerpo ¡No quería, no quería su tacto!— Te aguantas Haewon. — tan rudo como siempre. — Ahora no te sueltes, no quiero que te hagas daño.

Era tarde, mi corazón estaba dañado y a pesar de que dolía, no me importaba si era Jungkook el causante. De él, podía recibir cualquier cosa.

[.....]

Tirada en mi cama me sentía vacía, aquel dolor había disminuido pero por momentos los incones me hacían retorcer en la cama. Hyunseok hizo que tome algunas pastillas a la fuerza, en un comienzo me negué pero al sentir su efecto quede a los pocos minutos profundamente dormida.

En ese instante Akemi se fue de la casa, Hyunseok de igual forma. No podía esperar mucho después de todo, mi hermano era alguien que no solía preocuparse por los demás, tenía un lema; “Primero yo, segundo yo, tercero yo” en eso somos iguales. Mis padres se habían tomado unas pequeñas vacaciones ya hace una semana.

Mi habitación estaba en absoluto silencio solo mi pausada respiración hacía un suave sonido. Hasta que volví a recordar su mirada.

— Jungkook... ¿por qué me haces esto?... —sollocé, no lo podía evitar. La primera lágrima se deslizó por mi mejilla y no falto mucho para que las demás le siguieran. — Duele... duele mucho.

Golpee mi pecho varias veces, pero todo era en vano. Me sentía miserable, quería gritar, hacer cualquier cosa con tal de que el nudo en mi garganta desaparezca.

Cuando iba a darme un fuerte golpe, el sonido del timbre hizo que me detuviera en seco. Sollocé aún más sabiendo que no había nadie en casa y yo sería la que tenga que abrir, ya era de noche y por lo general no recibíamos visitas, nunca.

Solté un suspiro de frustración, gire por toda la cama haciendo todo lo posible en ponerme de pie. El timbre sonó otras cuatro veces más y al llegar a la entrada se detuvo.

— ¿Quién?

Nadie respondió.

Volví a preguntar pero otra vez no obtuve respuesta, mis ojos estaban húmedos, el cabello desaliñado y mi rostro un asco. En sí toda yo, era un desastre.

Me arme de valor importando poco mi apariencia, la ráfaga de aire que golpeó mi rostro en esos escasos segundo fue suficiente para que la respiración se me corte al verle ahí, justo frente a mi. Mi vista se nublo mordiendo con fuerza mi labio por no echarme a llorar, mi corazón se removió y aquellas agujas que me incaban con fuerza, dejaron de hacerlo.

Su voz fue como una suave melodía deslizándose por mi oídos aunque esta aya salido, tosca y profunda.— Ya estoy aquí, mi preciosa Haewon.

Se quitó el cubrebocas dejando a la vista su rostro donde el flequillo de su azabache cabello oscureció su mirada. Juro que las piernas me fallaron, perdiendo el control total de ellas, cayendo estrepitosamente de rodillas. — Jungkook...

Alce la mirada, liberando las lágrimas que tanto reprimi y dejando mi corazón anhelar por aquel chico que me juro algún día que gustaba de mi perdidamente.

— Ahora todo será perfecto Haewon.














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Brujería ❀; jjk | COMPLETA {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora