Secretos revelados

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Fue la primera vez que mi familia se rompió por mi culpa.

Un día, después de volver de la escuela, mis padres me hicieron sentarme con ellos en su cama. Juntos me miraron con dolor en sus ojos, con decepción. Mi madre tenía un papel en su manos. Con una comunicación silenciosa entre ellos, mi mamá desdoblo la hoja y comenzó a leerla. Todo cobro sentido. Mi alma se me salió de mi cuerpo, la sangre abandonó mi rostro. Estaba leyendo las indicaciones para poder vomitar sin que tus padres se dieran cuenta. Ellos estaban decepcionados de Mi, lo sabia por su manera de mirarme.

-¿Por qué te haces eso?- me preguntó mi papá- ¿Vos piensas que a Dios le gusta que te lastimes?¿Qué está feliz de que vos te agrada a Vos misma?

Sus preguntas, en ese momento, no entraron en mis pensamientos. No me hicieron reflexionar. Me largue a llorar. Diciéndoles que estaba gorda y que odiaba mi reflejo. Me comparaba constantemente con mis compañeras; ellas tan flacas y lindas mientras que yo era una ballena horrenda. Me sentia fuera de lugar. Siempre a ellas lo chicos la miraban y gustaban de ellas mientras que a mi nadie lo hacía. Era la gorda del grupo.
Quise cambiar y busque dietas en Internet. Al principio era normales, comer sano, tomar mucha agua, hacer ejercicio. Pero me topé con un blog "Ana y Mía te ayudan a ser una princesa" me acuerdo patente su nombre ya que no hacer mucho lo visite, pero salí enseguida. La dieta, en ese entonces, consistía en no comer por dos semanas con tres horas diarias de ejercicio intenso; con eso podía bajar hasta 12 kilos. Yo odiaba hacer ejercicio y hasta el día de hoy lo sigo odiando.
Era una chica que jugaba al voley, pero no hacía deporte por mi misma.

Yo creía o creo que ser flaca te da la confianza de ser linda o atractiva. Sentirme bien conmigo misma. Creerme bien con mi misma. Creo que sería la solución a mis inseguridades. Que me sentiría más confiada, se me haría fácil creerme que le puedo gustar a un chico. Que me puede ver y parecerle linda. Porque si, lo que más importa en lo de adentro aunque le empaque suma. El cuerpo, ser atractiva, estar buena, ser bonita, hace que los hombres te vean o me vean y eso hace que algunos se acerque para conocerte o hablarme. Es la realidad; es la sociedad. Siempre fue así o ¿Por qué los famosos son todos lindos o están buenos o por qué cuidan tanto su imagen? Porque viven de ello. Los contratan por se así, porque el físico si importa. Porque el físico pesa mucho más para que te conozcan. Es importante ser flaca y atractiva. A las gordas como yo no les llueve pretendientes ni un hombre se da vuelta a verme. Es la realidad y la acepto. Me duele ser así y por eso quise cambiar o quiero cambiar pero no por ese camino. No por medio de la bulimia ni la anoréxia.

Al principio no comía en los recreo y más adelante cuando iba a entrenas; con el tiempo sólo comía cuado estaba con mis papás pero lo vomitaba a instante. Mientras tanto me volvía dependiente a los cortes, Cuál quiero cosa era escusa para lastimarme. Y si quise explicarle porque lo hacía, porque no con la, porque me odiaba tanto. Porque me torturaban viéndome al espejo; pasaba horas viéndome de perfil, de frente y de nuevo del otro perfil. Así generándose odio, generándose dolor. Lastimaba mi alma. Nunca nadie me dijo que estaba gorda ni siquiera que era horrenda; aunque tampoco me decían que era linda ni que estaba bien con el peso.

Después de eso, siempre me vigilaron. No me rebajan levantar de la mesa después de dos horas, no me dejaban sola en le baño por más de 5 minutos, me olían a cada rato el aliento y estaban muy atentos a mis uñas.

La segunda vez que rompí a mi familia cuando descubrieron que me cortaba. Revisando mi habitación por desconfianza a que volviera a caer en la bulimia, encontraron mis navajas. Fue un desastre. Cada vez peor. Yo sabía que se arrepentirán de haberme adoptado; pero que te lo diga tu mamá en la cara es muchísimo peor.

Una vez estábamos arreglando la canilla de la cocina y era imvierno; por ende teníamos buzos, mangas largas. Ellas eran mis mejores amigas junto a las navajas. La cuestión es que me había mojado el buzo y no quería arremangarme. Mis papás comenzaron a sospechar, me obligaron a hacerlo y descubrieron marcas nuevas. Yo quise mentir con que eran viejas y no frescas como ellos decían pero se notaba a kilómetros que eran más nuevas que las anteriores. Ellos siempre desconfiaron de mi, con razones, pero cansan. Hasta el día de hoy se ponen nerviosa porque uso pulseras o en invierno tratan de verme las muñecas. Siempre me vigilan. Lo entiendo me equivoque mucho pero ya aprendí. Ya lo entendí. Madure. Soy insegura pero no pienso volver a caer. Sólo espero que mi fuerza de voluntad no se rompa.
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Volver a remover mi pasado es duro y ya conté lo más doloroso, lo que más me resulta difícil olvidar. Me gustaría contar más mi presente. Mi vida al día a día.

Alma RosaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt