Sueño

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Se supone que íbamos con una amiga a una consulta. Nunca fuimos, en el medio del trayecto, le avisaron de una juntada y fuimos. Dejamos las responsabilidades de lado y fuimos a boludear. Con Sol, siempre era así.

Llegamos a una quinta a pasar el rato. El quincho es de madera con unas paredes de vidrio, típicos quinchos, es divina. El piso también es de madera y había un camino de piedritas que unía a la casa y el quincho. Primero pasamos por la casa, era muy lujosa, ventanas grandes, paredes de ladrillo a la vista, un piso de madera envidiable. Era realmente linda. A medida que nos acercamos al fondo se escuchaba la típica música alta de una fiesta. Mire a Sol, pero ella estaba concentrada en otra cosa, seguí su vista... Y me encontré con él ¿Por qué estaba en todos lados? ¿No se supone que iba a estudiar? Su grupo de amigos lo mantenían en el medio de una ronda ¿Esos vasos tenían alcohol? Porque parecían alcoholizados todos los de allí. Era de día ¿Por qué había alcohol tan temprano? De noche, sería algo normal para mi. Sol me arrastró a dentro de un cuarto que ni siquiera registre que estaba cerca.

-Respira profundo- me dijo -solo nos vamos a divertir. No es nada malo.

En mi mente sabía que no era malo que él estuviera en una fiesta pero dolía. Siempre dolía cuando esa persona la pasa bien sin vos, y para mi ya era natural. Todos siempre pasaban de mi, nadie me registraba Nunca, estaba acostumbrada a esa molestia en mi pecho y regalar sonrisas falsas.

-Sol, estoy bien- le mentí, no quería preocuparla. No a ella-, sabía cómo eran las cosas. Sabes como soy. Ya se me va a pasar. Hay que verlo para superarlo.

Tal vez no pretendía hacerla sentir mejor, tal vez no buscaba tranquilizar a Sol si no a mí misma. Buscaba calmar mi decepción, mi otra decepción una de las tantas que tuve. Respire profundo y salimos.

Entramos al quincho a dejar nuestras mochilas y sólo nos quedamos con los celulares. Su grupo entró y nos saludo, nos ofrecieron  bebidas las cuales rechace a todas. El tiempo pasó volando y cuando nos dimos cuenta era de noche. Estaba mejor, pero dejar de mirarlo era imposible. Sus ojos lindos y profundos me llamaban. Siempre tuve una obsesión por los ojos claros y los de él eran verdes con azul. Me era imposible no mirarlos. No éramos amigos, sólo compañeros de carrera. Me ayudaba a estudiar pero nunca hablamos más allá de las materias. Si, era aburrido para mis amigas aunque para mi era lo mejor. Escucharlo hablar lo hacía tan bien, no eran cosas superficiales. Y a veces era frustrante nunca hablar de algo personal pero al mismo tiempo me encantaba. Siempre me llamaron los chicos callados, con un acento raro e controvertidos, como opuestos a mi. Tímidos. Solo que él lo era demasiado y me encantaba.

Se acercó, a hablarme de la facultad, en una fiesta... él nunca tomaba pero tenía una botella de cerveza en la mano, la cual me ofreció. Raro en él, estaba muy raro.

TODO era extraño porque era un sueño y cuando desperté en mi cuarto sola, me Di cuenta que siempre va a ser mi imposible como tantos otros. Como uno imposible en la actualidad. Ya sea por la distancia o por el nulo interés o por todo. No llamó la atención como otras y menos voy a gustarles; aunque se que primero me tengo que amar ... estoy intentando quererme tal cual soy. Ojalá fuese más fácil amarse y que te amen los querés que te amen. Porque también pasa que gustan los que no te gustan. Y es la vida. Solo va a llegar el indicado, sólo que me estoy cansando de esperarlo.

Alma RosaWhere stories live. Discover now