Otro trauma

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En este episodio tiene nombres falsos, no me gustaría que se descubriera quien  soy; además fue escrito por mi ni bien me sucedió, como un descargo.

《 "Papás:
Los amo con toda mi alma, son los mejores padres del mundo. No quiero hacerlos sufrir porque no se lo merecen. Gracias por elegirme, por tener esperanza sobre mi y ver lo poco bueno que tengo (aunque nunca fue cierto).
No quiero seguir siendo una carga para ustedes y que sigan preocupándose por mis problemas (ni yo se si son verdaderos o inventados por mí para sufrir). Este año fue duro, para todos, ya que aparecieron "soluciones" en mi cabeza no tan buenas y sé que los lastimó. No quiero que decidan llevarme a un loquero porque es lo que merezco y sé que lo piensan, muy en el fondo, pero lo hacen. Los dejo libre de cargar con una "hija" que les hace mal ya que no es bueno. No quiero dañarlos, pero por una cosa o por la otra terminó haciéndolo. Ya no más; eso se acabo.
Alégrense de que ya no voy a preocuparlos. Ya encontré la solución a esta carga. No se preocupen por mí, estoy bien, sana y salva en algún lugar. Yo sé a dónde me dirijo y me voy porque los amo.
No busquen a un problema que ya se solucionó sólo.
Es lo más sano para todos.
No me necesitan en sus vidas y nunca duden que los amo. Por su felicidad lo hago.
Para mí nunca van a dejar de ser mis únicos papás, aquellos que me adoptaron por amor.
Los amo. Los amo mucho. Muchísimo." 》.

《 Agarré la mochila y las llaves de la casa. Apagué la luz del cuarto y me dirigí a la salida. Tratando de no hacer ruido al abrir la puerta salí de mi casa. La cerré con llave para que no sospecharan. Me coloqué los auriculares y puse música del celular lo más fuerte que el aparato lo permitía. Y caminé.

Ya había pasado la rotonda de 122 cuando un auto blanco se para al lado mi. Me puse nerviosa y trate de ignorarlo pero me fue imposible. Me saque los auriculares y lo enfrente.

-¿Qué queres? -le pregunté.

-¿Necesitas que te alcance a algún lado?

Lo pensé y llegue a la conclusión de que si me lleva desaparecía mucho más rápido.
Me acerqué a la parte trasera pero él me dijo que fuera a delante y lo hice. Estaba incómoda ya que el me veía de una forma rara, no sé cómo explicarlo, pero lo hacía.

-¿A dónde? -me preguntó. Me quedé en blanco, no sabía que contestar, ¿y si me descubría?

-Ehhh, a.... 8 y 50.

-¿A Mc Donald?
-Y si. Nos juntamos con unos amigos -mentí confiada.

El chico manejó hacia el lugar indicado haciéndome preguntas incómodas.

-¿Cuántos años tenes?

Nerviosa le mentí diciéndole que tenía 16. El auto se quedo en silencio y por momentos sentía su mirada en mí y yo sólo miraba como jugaba con mis manos.

-¿Sos virgen? -corto el silencio.

Di vuelta la cabeza y lo mire. Fijo. Quería encontrar alguna expresión en su rostro, pero no la hallé. Le dije que si aunque sabía que era mentira. Al instante me interrogó con quien lo había hecho y lo engañe respondiendole que lo había hecho con mi mejor amigo.

En el coche, nuevamente, se instaló el silencio. Respire con profundidad y lo único que pedía era poder llegar lo antes posible

-¿Te gustaría ganar dinero? -me preguntó mientras estacionaba el auto.

Esa pregunta me asustó. Mi mente comenzó a trabajar, quería irme. Sentía el miedo recorrer por mis venas, como mi corazón se aceleraba por el horroroso miedo. Había entrado en pánico, lo sabía, y no podía moverme. Mi cerebro se transformó en una máquina que buscaba una solución desesperadamente.

Escuche el "click" que cerró la puerta; el conductor se me acercaba cada vez más. Todo lo veía en cámara lenta, el degenerado se arrimo tanto a mí que ya podía sentir sus asquerosos labios y su lengua pegajosa y húmeda posados en mi cuello. De un momento a otro salí de mi pánico, mis manos viajaron a la velocidad de la luz hasta la manija de la puerta y esta como si nunca hubiera estado cerrada se abrió. Rápidamente salí del coche y corrí con todas mis fuerzas. Paré de correr cuando llegué a la plaza de la catedral. Miraba para todos lados y con cada auto blanco que pasaba sentía como mi corazón bombeaba más rápido, entraba en pánico y sólo rezaba para que no fuese ese auto. Y con los vehículos que pasaban por mi lado dejaba de caminar y mis manos transitaban.》

-¿Y qué pasó? -le preguntó preocupada a su amiga. Chloe estaba con la mirada perdida, recordando lo sucedido en la madrugada de ese mismo día. Unas silenciosas lágrimas comenzaron a caerse, Emma la abrazo pero su amiga estaba en un trance que no sentía el contacto de su mejor amiga.

Ya no se trataba de lágrimas silenciosas si no de un mar furioso y gemidos desgarradores dolorosos por las imágenes que se reproducían una y otra vez en su cabeza. Maia quería morirse para así, olvidar de esos húmedos labios y la asquerosa lengua.

《Entonces busque un refugio. No quería volver a esa casa llena de extraños. Para mí ya no era un hogar.

La mochila pesaba pero la podía usar de almohada. La llovizna ahora, era lluvia, pero no era importante para mí.

Estaba a punto de conciliar el sueño hasta que unos ladridos de perro me despertaron por completo. El sonido cada vez se encontraba más cerca. Más y más fuerte se oían las pisadas del dueño del animal.

-Muchacha -me gritó una voz grave. Asustada me pare del suelo y comencé a correr. El hombre volvió a gritar. Mirando para atrás pude ver como el viejo me perseguía junto al perro. Cerca de la catedral había una parada de taxi y rápidamente me dirigó al único que había allí. El taxista me vio raro pero al momento que le indique la dirección arrancó el auto dejando atrás al anciano y a su mascota. El taxi paro unas diez cuadras antes de mi casa. Para llegar antes que mi despertador sonará, corrí.

Entre a la casa, sólo se escuchaban los ronquidos de mi papá. La carta todavía estaba en la mesa, la saqué y la guardé. Con mucho cuidado de no hacer ruido abrí la ducha y me bañé. Me enjabone fuerte mi cuerpo, me enjuague y lo volví hacer, así una y otra ves hasta que mis papás se despertaron. 》

Habían pasado unos días y Chloe esquivaba cualquier contacto masculino. Se encontraba en la escuela, más específicamente en el recreo de merienda. Sus ojos estaban mirando a la Virgen María cuando de atrás venía John con sigilo para que no lo descubrieran. Le tapo la boca y le agarró las manos para tomarla prisionera, apoyo su boca en el cuello de Maia como lo había pacto do con sus amigos. La chica comenzó a transpirar, un sudor frío, su corazón salió disparado y su cuerpo no podía quedarse quieto. Todos la miraban pero nadie la ayudaba. Emma fue agarrada por Benjamín para que no pudiera ir a su rescate. Casi todos se reían, sus amigas no sabían que le pasaba y los varones sólo se buscaban. John sintió como Chloe derramada lágrimas y la soltó asustado. El aula se calló de golpe y ella salió del salón llorando para el baño.

-¡Están locos! -gritó Emma antes de ir a consolar a su amiga.

El grupo de amigas de Chloe fueron a apoyarla y sobre todo averiguar qué era lo que le pasaba.

Sally y Anna controlaron a chicas y le aconsejaron a las demás que volvieran al salón para no generar más lió. En desacuerdo con esto dieron media vuelta para volver al aula.
En el baño, Chloe ya estaba tranquila, Emma había logrado calmarla. Todos necesitaban la paz para cualquier experiencia traumática.

Alma RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora