Mar en calma

10.4K 194 28
                                    

Hola! Capítulo nuevo, hace mucho que no subo nada así que espero que lo disfrutéis!
Gracias por las 34k lecturas, todos los
comentarios y los corazones. No sé ahora
mismo por donde seguir, así que no sé cuándo volveré a subir capítulo. Pero ya os dije, a Agosto llegamos y mientras disfrutamos de los niños triunfando allí donde van :)
Deseo que os guste, comentadme!

————————————————————————

Que bonita es la sensación de libertad, de que nada te aprisione el pecho hasta asfixiarte, que corra el aire libremente, hinche tu estómago y se escape por la nariz como el niño que escapa para que no le pilles y cuándo dejas de hacer el amago de ir a por él vuelve a ti a buscarte de nuevo.

Ese aire que viene y va y que nos da la vida es el aire que ensancha el pecho de Luis mientras observa a su chica hablar por teléfono. Hace un rato han llegado al hotel y hace tan solo unos
minutos han subido a la habitación después de cenar en el bar con sus compañeros.

Y hay aire cuando Aitana abre un palmo la ventana porque hace calor y hace humedad y una gota de sudor le ha caído por la espalda y la ha hecho estremecer. Su vestido es corto pero de manga larga y el calor de los focos y del público se le ha metido por debajo de la tela y no la ha soltado en toda la noche. Se apoya en la barandilla de la ventana mientras escucha palabras al otro lado del teléfono pero está empezando a no comprender nada porque el calor, el sudor y el agotamiento hacen mella. No deberían llamarle tan tarde para cuadrar cosas de trabajo. Cuando por fin consigue finalizar la llamada pone el móvil en silencio, se arrodilla y lo deja en el suelo conectado a un cargador. Se queda unos cinco segundos arrodillada pasándose las manos por la cara y con los codos apoyados en las rodillas. Le duele el cuerpo. Le pesa mas bien.

- Cansada?

La voz de Luis la saca del pequeño trance en el que ha buceado unos segundos y la conecta directamente a él. Su voz. Levanta la cabeza para mirarle y a él también se le ve cansado.

- La verdad es que si.

Realmente no ha pasado ni una semana desde que volvió de las Américas, alguna vez le ha dado por pensar como es posible que su pequeño cuerpo de metro sesenta y 48 kilos aguante todo el ajetreo que está teniendo. Piensa por un segundo que debe mantenerlo fuerte y sano para poder seguir el ritmo de vida que lleva y acto seguido la imagen del bocadillo de lomo con queso y las bravas que ha cenado le atrapan la mente. Se pasa una mano por la nunca y arrastra las gotas de sudor que abandona en su vestido antes de quitárselo y quedarse tan solo con el tanga puesto. No le resulta demasiado cómodo actuar sin sostén pero en este caso y dada la forma del vestido era imposible que se le viera algo y además hay una mínima parte de la situación que le resulta excitante. El movimiento del poco pecho que tiene la pone en un punto agradable.
Utiliza la goma que lleva en la muñeca para hacerse algo parecido a un moño y se estira boca abajo en la cama de matrimonio apoyando la cabeza de lado para que sus palabras vayan en la dirección correcta hasta su receptor.

- Ven

Estira el brazo hacia él y mueve los deditos para acompañar su demanda.

Y va.

Luis se levanta de la silla con tranquilidad y con la mirada fijada en el cuerpo desnudo que tiene delante. Y va a tumbarse encima de ella pero hace un alto en el camino para desnudarse y que el aire que entra por la ventana le produzca a él también un escalofrío y le erice el vello.
Se sienta encima de su trasero y hace presión con las manos en la zona lumbar para relajarla. Lo hace un par de veces y relaja, Aitana comprueba que relaja y se queda como nueva. La chica imagina que sus músculos son una maraña de nudos enredados y que ese gesto de Luis ha logrado estirarlos y no dejar nada atado.

AgostoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora