Antojos

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Capítulo 21! Que increíble que estemos cerca de las 100 mil lecturas. Muchas gracias! Diré lo mismo de siempre, agradezco mucho los comentarios, podéis extenderos con ellos que siempre es positivo ver reacciones a lo que escribes. Sea lo que sea pero con respeto, obvio ;)

En este capítulo....bueno ya lo leéis si eso. Pero si que os digo que Aitana va a tomar las riendas en los próximos caps.

Espero que os guste!

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Madrid. 6:00h

Despertaba la ciudad bajo un cielo anaranjado, elegante, inocente, como si nunca hubiera roto un plato. Así era el Madrid de finales de primavera cuando aún las calles no estaban ni puestas.

Despertaba también Aitana bajo un tono rojizo, somnolienta, hambrienta y perezosa.
Movía la nariz para intentar eliminar el picor que sentía en ella para acabar rascándose con el dedo índice. Aún sentada en la cama con los pies descalzos tocando el suelo en un intento de que el frío de las baldosas la hiciera desperezarse un poco, echó la vista a un lado. Luis dormía boca abajo, con los brazos bajo la almohada y una pierna encogida.
Y así parecía que iba a estar hasta mínimo las once del mediodía ya que se habían dormido apenas dos horas después de hacer el amor.

Realmente la noche había sido para enmarcar.

Después de cenar con unos amigos de Luis de los de toda la vida (toda la vida madrileña del chico) tenían intención de ir a tomar algo y en el trayecto al bar a Aitana se le despegó una tira de su sandalia. Se le salía prácticamente todo el pie del zapato y era más que evidente que no podía continuar.

Despidiéndose de la gente pusieron rumbo a casa. Tenían apenas 15 minutos andando. Luis desde un primer momento le dijo de coger un taxi pero Aitana y su testarudez decidieron que podía perfectamente lograrlo, al principio a la pata coja, cuando le faltaba el aire pasó a ir descalza de un pie hasta que su testarudez y su orgullo se vinieron completamente abajo cuando pisó un charquito que no era de agua precisamente. Ahí es cuando su mirada a Luis fue completamente vergonzosa y súplica y decidieron coger un taxi.

- De verdad, que cabezona eres, leche

Los cinco pisos que los distanciaban de la puerta de entrada los hicieron con Aitana a caballito sobre la espalda de Luis.

Llegó reventado.

La chica lo primero que hizo fue poner el pie en la ducha y lavárselo.
Comieron helado de huevo de chocolate en el sofá mientras empezaban a ver una película que les debió parecer muy aburrida pues aun  no iban por la mitad de ella que Aitana ya estaba sentada encima de Luis restregándose al vaivén de los besos que recibía en el cuello.

Entre una cosa y otra cerraron los ojos y descansaron los músculos a las cuatro de la madrugada. Un par de horas más tarde Aitana se desvelaba con las braguitas húmedas. Intentó pensar en lo que había soñado por si pudiera tener relación a su despertar. No recordó nada, ni tan siquiera haber soñado.

- Luisito, Luis - No sabía muy bien porque susurraba si su firme intención era despertarlo, pero claro, despertarlo melosamente para hacer el amor-

Y Luisito tan solo gruñía y en un momento dado se puso la almohada sobre la cabeza para no escuchar. Aitana supo que tenía que apretar un poco.

Se humedeció los labios y le besó la espalda desnuda de hombros a calzoncillos. Cuatro veces el mismo camino de ida y vuelta y sin resultado. Probó a meter una mano bajo la ropa interior y acariciar así el culo de un Luis que se mantenía ahora adormilado, que no dormido del todo, habiendo pellizcado los ojos en el momento que notó saltar la gomilla de su calzoncillo.

AgostoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora