17. Castigo

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Emmy pov

- Vamos 50 abdominales todo el mundo- gritó el profesor James mientras nosotros corriamos el infernal circuito que nos había preparado.

Sin duda hoy estaba muy amargado. Dicen que la chica que le gusta estaba pasando de su cara últimamente. Era eso o que no tenía sexo durante un largo tiempo.

Me tumbé en el suelo y me puse a hacer los malditos abdominales.

-Dios... ¿Este profesor nos quiere matar o que?- escuché como se quejaba Abi mientras hacía las abdominales mal hechas a mi lado- No ve que no podemos ni respirar... Este tío está amargado.

-Abi... No los encuentro- dijo Lucas mientras se tumbaba en el suelo- mis pulmones han desaparecido.

Samy y yo estallamos en una carcajada que hizo que el profesor James se nos quedara mirando.

- ¿Que os hace tanta risa?- se acercó a nosotros- 30 minutos más a correr.

- QUE?!- gritaron Samy y Lucas al mismo tiempo.

-No puede hacernos esto, la clase termina en 10 minutos.

- Pues os quedáis 20 minutos más. Y no me digáis que os perdéis clase porque está es la última hora- habló completamente serio.

- Si solo nos estábamos riendo- replicó otra vez mi mejor amiga. Vi la cara de enfado que hizo el profesor al escuchar eso y fui a decirle que se callara.

- Exacto, os estabais riendo en mi clase- fue a girarse para marcharse. Tal vez con suerte pudiera escaparme.

- No es mi culpa de que estés amargado y no pilles mis chsites- susurró Lucas. Lo miré con los ojos bien abiertos y después giré mi cabeza hacia el profesor quien nos miraba con la cara roja de furia y con las venas de la frente marcadas. Mierda, le había oído.

- Los 4 al despacho del director, AHORA.

Todos asentimos. No teniamos ganas de meternos en más problemas. Cogimos nuestras mochilas y fuimos hacia el despacho acompañados del profesor James.

En ese momento me acordé de la cita con Alex... mierda no sabía si llegaría a tiempo. Tomé mi móvil y le envié un mensaje a Alex diciéndole, prácticamente suplicando, que me esperara, que a lo mejor llegaría un poco tarde.

Entramos al despacho del director y el profesor amargado le explicó la situación. Este nos miró severamente y nosotros solo bajamos los ojos al suelo. No era la primera vez que estábamos en el despacho del director y sabíamos que cuando más le replicabas más grande iba a ser tu castigo. Así que no dijimos nada. Estuvo más de veinte minutos hechandonos la típica charla de respetar al profesor y del comportamiento del alumnado. Después estuvo otros diez minutos diciéndonos que ya éramos mayores para tener esas actitudes tan infantiles y finalmente nos puso el castigo.

- Ni modo durante una semana os quedaréis hasta las 5 limpiando las aulas empezando desde hoy.

No, eso sí que no.

- Disculpe, señor director, pero es que resulta que trabajo todos los días excepto los miércoles y hay días que entró antes de esa hora... Podría cambiar el castigo, por favor?

El me miró, como si estuviese analizandome. Suerte que yo normalmente no era la que armaba el lío si no que eran siempre mis amigos.

-Bien, mañana y durante toda la semana quiero que estéis aquí a las 6 de la madrugada. Lipiareis las clases por la madrugada. Y en las horas del patio ordenareis los libros de la biblioteca. Todos asentimos antes de levantarnos.

- A la próxima tendré que llamar a casa- volvimos a decir que si para después despedirnos y marcharnos lo más rápido posible.

Lo primero que hice fue mirar la hora en el móvil, mierda, ya era la hora y aún tenía que cambiarme y todo.

Ahora ya te conozcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora