37. Futuro

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- Buenas- saludó Emmy entrando por la puerta de la cafetería, ya era lunes así que le tocaba trabajar. No había pisado la cafetería en varios días y se fue a mitad turno, así que se sentía algo avergonzada, a pesar de que Alex hubiese intentando convencerla de que no se tenía que avergonzar de nada.

- Hola- les respondió el saludo una sonriente Mar desde la caja. Alexa nada más la vio dibujo una sonrisa, que decía claramente "se tu secreto".

Para suerte de la camarera, los cocineros salieron de sus sitios para saludar a las recién llegadas, quitando la atención de Alexa sobre esta.

- Emmy, has aprovechado este fin de semana sola con Alex?- preguntó Jorge pasando su brazo por el hombro de la más pequeña y levantando ambas cejas.

- No digas idioteces, Jorge- intervinó Alexa, separando a ambos de inmediato.

A Alex no se le había pasado en ningún momento por la cabeza tener sexo con Emmy, al menos durante aquel fin de semana, se negaba a hacer que la primera vez de la pequeña fuera durante el fin de semana en el que se había pasado el setenta por ciento del tiempo llorando. Este fin de semana lo único que había necesitado Emmy era cariño y apoyo, no su primera vez.

- Me alegro de que por fin hayáis aparecido, este fin de semana ha sido demasiado aburrido sin tener a nadie a quien molestar- está vez el que habló fue Esteban, haciendo referencia a todas las veces que se metía con ellas por parecer increíblemente enamoradas, tal y como el había dicho.

- ¿Como que no has tenido a nadie?- preguntó Alexa girando la vista para encontrarse con Mar mirándolas, está rápidamente se hizo la desentendida y se giró cara a la a caja para continuar trabajando. Los tres inmediatamente empezaron a reírse.

- ¿Vamos a cambiarnos, peque?- preguntó una vez las risas cesaron.

- Si, vamos ya- ambas desaparecieron dentro del vestuario y entré risas y miradas cómplices empezaron a cambiarse. La pequeña se quedó mirando durante unos segundos los tatuajes de la más mayor, los había visto en más de una ocasión, también los había llegado a tocar, como era obvio.

- ¿Cuantos tienes?- Alexa inclinó la cabeza algo confundida hasta que captó que se estaba refiriendo su novia.

- Cuatro, el de las costillas, el del brazo, el del pie y el de la espalda- Emmy asintió viendola embobada. Todos sus tatuajes eran pequeños y hermosos,a su parecer.

- Quiero hacerme uno- Alexa levantó las cejas sorprendida.

- Cuando quieras, te lo pago yo.

Y Emmy ya tenía claro que quería hacerse.

*****

La tarde fue tranquila, para alivio de la más mayor, que miraba preocupada la puerta por si la madre de Emmy volvía a la cafetería. Después de saber todo lo que le hizo a la pequeña estaba segura que si la volvía a ver su trato hacia ella no sería para nada amable.

- Me ocupo yo de la caja- Mar sonrió ante la propuesta de Alexa y abandonó su puesto rápidamente, llevaba unas horas en la caja y ya se había cansado.

A Alex no le importaba estar en caja, así tenía una escusa para poder ver a su chica durante todo el trabajo, sin tener a Estaban o a Jorge hablando de lo tonta que se veía.

Tampoco había mucha gente ya eran las ocho de la tarde, y un lunes a las ocho de la tarde no mucha gente estaba en una cafetería.

Vio como Emmy caminaba hacia la cocina, pero antes de llegar a entrar retrocedió unos pasos y la miró.

La pequeña cambio su rumbo, y en vez de irse a la cocina fue hasta la caja, donde estaba su chica.

- ¿Tengo monos en la cara?- preguntó dudosa Emmy.

Ahora ya te conozcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora