Todos tratan de manera diferente las consecuencias tras la derrota de Hawkmoth.
Al día siguiente, Ladybug espera ansiosamente a su gatito tonto, finalmente lista para entregarle su corazón y comenzar un nuevo capítulo de su historia con él.
Él nunc...
Cinco años después, Marinette todavía estaba esperando.
Sentada en el viejo tejado que nunca dejaba de devolverle todo tipo de recuerdos, felices y tristes, contempló el horizonte y el dolor tan familiar crecía en su pecho.
Cinco años, y aún no había vuelto a ver esos grandes ojos verdes.
Cinco largos años, y aún no había vuelto a oír otro de sus tontos juegos de palabras.
Sin embargo, Marinette no podía darse por vencida. Todas las noches sin excepción ella se transformaría, iría a su lugar secreto de reunión y esperaría durante horas. Un día, él aparecería. Su corazón magullado no podría soportar pensar de otra manera. Un día, Chat Noir vendría, saldría de su escondite y volvería a ella. Ella solo tuvo que ser paciente.
Y paciente, Marinette podría ser.
Cinco años, y todavía estaba esperando que su gatito volviera con ella.
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El día que Hawkmoth fue derrotado fue también el día en que la mente de Alya Césaire se volvió loca con preocupación.
Al final, el padre de Adrien resultó ser el gran malo, un giro sorprendente e inesperado de la trama que se reveló a los parisinos sorprendidos cuando Ladybug y Chat Noir finalmente tuvieron éxito en ponerlo tras las rejas para siempre después de una pelea agotadora.
Como era de esperar, Adrien reaccionó bastante mal a las noticias, construyendo una fortaleza a su alrededor, permitiéndole ser atravesado solo por unas pocas personas elegidas. Vendió la mansión, vendió el imperio de la moda de su padre sin siquiera mirar los números en el fondo del contrato. Despidió a Natalie y al Gorila con una considerable indemnización por despido y se encerró en su flamante departamento durante semanas antes de volver a permitir que Nino volviera a su vida. Después de un montón de persuadir al novio persistente de Alya, el rubio había recuperado una apariencia de vida normal, ingresando a la universidad en física, saliendo de pequeñas salidas sociales con ella y Nino y avanzando lentamente, a pesar de que su padre seguía siendo un gran tabú dentro de su pequeño círculo.
La reacción de Adrien había sido esperada, y bastante normal considerando todo. Se quedó sin madre, con un supervillano en prisión como su padre distanciado, y sin una familia real que lo cuide y se preocupe por él.
Pero no importaba lo mucho que Alya adoraba al mejor amigo de su novio y estaba feliz de ayudarlo en el camino hacia la curación, no era él quien la mantenía despierta por las noches, enojada por la preocupación y la incomprensión. En los pocos meses anteriores a la desaparición definitiva de Hawkmoth, Alya había notado que el interés de su mejor amiga en su amigo modelo rubio flaqueaba sin ninguna explicación plausible. Lo había anclado como extraño, pero nunca lo pensó dos veces.
Pero desde la última pelea, Marinette había estado actuando realmente extraño. Se había encerrado como una ostra, ya no sonreía muy a menudo y aún más rara vez se reía. Sus únicos ojos azules se atenuaron, como si una chispa que solía estar allí antes hubiera sido apagada de alguna manera. La joven diseñadora siempre estaba extenuada, luciendo bolsas grandes y oscuras debajo de los ojos a pesar de ir a la cama cada noche antes de la medianoche. Cuando la molestaban por su falta de vida amorosa, o por la repentina falta de interés en el paradero de Adrien, ella simplemente se encogía de hombros. Ella simplemente declararía que Adrien y ella eran amigos, nada más. Cualquier otro impulso en su vida personal se encontraría con un silencio obstinado.
