Todos tratan de manera diferente las consecuencias tras la derrota de Hawkmoth.
Al día siguiente, Ladybug espera ansiosamente a su gatito tonto, finalmente lista para entregarle su corazón y comenzar un nuevo capítulo de su historia con él.
Él nunc...
Tan pronto como la puerta de su habitación se cerró detrás de Adrien, los ojos de Marinette se abrieron de golpe. Se había despertado un poco cuando él le dio su peluche, pero la sensación de sus labios presionados contra su piel había descartado cualquier resto de sueño. Repitiendo irremediablemente los acontecimientos de la noche una y otra vez en su mente, se sacudió y giró durante demasiado tiempo en lo que a ella respecta. Finalmente, ella se removió en la oscuridad.
- ¿Tikki? -
Su pequeña amiga le acarició suavemente la mejilla, haciendo saber su posición.
- ¿Sí, Marinette? -
- ¿Lo ... escuchaste? -
La kwami permaneció en silencio por un momento, preocupada por su carga. Sin embargo, cuando habló, su voz era suave.
- Sí -
- Me llamó princesa -
No era una pregunta, Marinette simplemente estaba afirmando el hecho tal como era. Largos recuerdos reprimidos de un héroe vestido de cuero surgieron sobre ella sin previo aviso; un gato sentado en la barandilla de su balcón, de vuelta en la panadería, bromeando sin descanso por haberse quedado dormida en su silla. Alcanzó el muñeco que yacía a su lado en la cama, abrazando el juguete contra su pecho tal como lo había hecho innumerables veces antes de ese día. Y ella lo recordó.
Dos adolescentes bromeaban juguetonamente entre plantas en macetas, el felino la ayudaba con la tarea de ciencias, de alguna manera siempre pasaba cada vez que estaba luchando con una. Ultimate Mecha Strike III improvisa torneos en la oscuridad de la noche, casi siempre termina con su regaño a su amiga por ser demasiado ruidosa y arriesgarse a despertar a sus padres. Conversaciones sinceras sobre chocolates y galletas, confesiones a medias sobre su pobre vida en casa, su risa cuando ella frunció el ceño al escuchar un juego de palabras particularmente malo.
- Chat solía llamarme princesa - dijo, su voz apenas por encima de un susurro.
De nuevo, Tikki acarició suavemente la mejilla de su carga, tratando de transmitir tanto amor y apoyo como pudo a través del simple gesto.
- ¿Quieres salir un poco? -
- ¿No te importaría? - Preguntó Marinette, sorprendida. Después de todo, su kwami la había regañado unas horas antes por transformarse prematuramente.
- Por lo general, te tranquiliza, y es obvio que todavía no podrás volver a dormir. Solo prométeme que iré directamente a tu lugar, no más correr en los tejados esta noche, ¿entendido? -
La joven sonrió en la oscuridad, besando distraídamente la parte superior de la cabeza de su pequeña amiga mientras agarraba una sudadera con capucha en la silla cerca de su cama.
- Gracias, Tikki, eres la mejor. Puntos fuera! -
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