Capítulo 32

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Despertarse junto a Marinette se había convertido en rutina en este punto. Mientras lidiaba con los terrores nocturnos y su inesperado viaje a la sala de emergencias, dormir con ella era su nueva normalidad.

Sin embargo, despertarse con Marinette mirándolo amorosamente, su brazo sobre su estómago, era algo completamente nuevo para él.

- Buenos días - dijo suavemente, inseguro de cómo se esperaba que se comportara. Todavía no habían hablado sobre el cambio que estaba ocurriendo en su relación, no habían puesto esa etiqueta vencida todavía.

Ella le sonrió, plantando un suave beso en su mandíbula. 

- Buenos días, Adrien. Yo ... Esto va a sonar cursi, pero realmente podría acostumbrarme a esto -

- ¿Qué? ¿mi mandíbula cincelada? - él se rió entre dientes, envolviendo sus brazos fuertemente alrededor de ella.

Eso, él podría arreglárselas. Bromear con ella fue fácil. Fue normal

Todavía no podía pensar en el hecho de que ahora se le permitía ser cariñoso con ella. Que él la amaba, ella lo amaba y quería que construyeran algo juntos.

Y la forma en que su corazón y su mente estaban empujando y tirando lo estaba volviendo loco.

Marinette se rió en su abrazo, otro beso ligero como una pluma cayó sobre su piel, en el hueco de esta garganta esta vez.

- Gatito tonto - le reprendió suavemente - Me refería a despertar a tu lado así -

Hubo un momento de silencio, muchas cosas no dichas persistieron entre ellos.

Marinette finalmente se enderezó, su camisón enmarcando amorosamente su clavícula. Adrien tragó saliva, tratando de controlar sus hormonas salvajes además de la rareza de todo. Su mente gritó que finalmente era de ella. Ella lo amaba, y él no podría estar más emocionado al respecto.

Pero su corazón estaba vacilando su impaciencia, cauteloso de ser maltratado nuevamente.

Y, sobre todo, no podía, no quería, apresurar las cosas entre ellos.

No importaba cuánto quisiera violarla en esta cama en este instante, hacerle el amor como si no hubiera un mañana.

Lo que más importaba era cuánto la amaba. Cuánto significaba para él.

No quería tener una sola noche con ella. Quería una vida entera a su lado si podía tenerla, quería despertarse junto a ella todas las mañanas hasta su muerte, quería tener tantos hijos como ella estuviera de acuerdo con ella. Quería construir una vida entera con ella, una que fuera suya y de nadie más.

Ella lo miró por un momento, antes de decir suavemente.

- Te amo, Adrien. Te quiero mucho -

Él le sonrió y le dio un casto beso en la barbilla. 

- Yo también te amo, bichito. Ahora dime, ¿mi mente me está engañando, o hemos acordado una cita en algún momento de esta semana? -

Ella sonrió, besando el costado de su cabeza con ternura. 

- Lo hicimos. Insististe un poco en ello antes de permitirme besar esos adorables labios tuyos -

Él tarareó suavemente de acuerdo, sosteniéndola cerca de él - Estoy un poco tentado a nunca salir de esta cama. Es cómodo. ¿Cómo es que te di el mejor colchón? Podría cambiar nuestros colchones, es realmente injusto que consigas el mejor para ti, princesa -

- O simplemente podrías dormir aquí conmigo, bobo - dijo en voz baja - Solo trabajo en esta habitación de cualquier manera. Hemos estado durmiendo en la misma cama durante semanas, si no meses ya de todos modos -

Llévame a casa (Bring me home)Where stories live. Discover now