Capítulo 13

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Marinette nunca midió cuánto valoraba su vista y su discurso antes de ser despojada de él.

Mientras se recostaba en un asiento trasero del sedán, todo su ser apenas más que puro y puro dolor, entre desmayos y breves episodios de conciencia, escuchó.

Susurros.

Eso es de lo que Marinette fue consciente al final.

Al principio, murmuraciones apagadas sobre un kwami perdido, sobre errores que se han cometido, sobre secretos que se han guardado durante demasiado tiempo.

Por fin, apenas ocultó las preocupaciones sobre su bienestar. Reflexiones sobre una herida en la frente, conversaciones sobre su presión arterial baja, alguien forzando un tubo en su boca, dándole las buenas noches.

En medio, estaba el dolor y los sueños. Sueños de tejados, de ojos verdes luminiscentes que se asomaban a su alma. Sueños de bromas juguetonas bajo la luz de la luna, de volar a través del cielo parisino en una cuerda de yoyo.

Y cuando finalmente se despertó ...

... trajo un tipo de dolor completamente nuevo sobre ella.

 trajo un tipo de dolor completamente nuevo sobre ella

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Una semana después...

- No has respondido ninguna llamada o mensaje de texto últimamente -

Marinette desvió la mirada de su amiga, mirando atentamente el yeso en su pierna rota.

- Ya te lo dije, Alya. Perdí mi teléfono en el accidente. Probablemente está roto de todos modos -

- Es gracioso - insistió Alya con suavidad pero con firmeza, tratando de ayudar a su amiga a reparar los agujeros aparentes en sus recuerdos - ya ha pasado una semana y nunca encontraron el auto, y mucho menos sus pertenencias.

- ¿Nos hace preguntarnos dónde demonios te fuiste fuera de la carretera? -

- No lo sé, ¿de acuerdo? Estaba ... estaba oscuro y llovía, todo está borroso y me duele mucho la cabeza en este momento, ¿puedes dejarlo? -

Una sombra pasó por la cara de su mejor amiga, pero ella asintió de todos modos, pasándose la mano por el pelo.

- Está bien, el accidente está fuera, lo entiendo. ¿Quieres hablar sobre lo que pasó entre tú y Adrien entonces? El pobre se ha vuelto loco toda la semana -

Marinette resopló y le lanzó una mirada incrédula a Alya.

- ¿De Verdad? Porque no he sabido nada de él desde el accidente. Tik- las enfermeras dijeron que me salvó, pero ... -

Alya prácticamente se abalanzó sobre su amiga, evitando cuidadosamente los moretones que el airbag había dejado a un lado de su cara mientras se giraba suavemente hacia ella para poder mirarla a los ojos.

- ¿Me estás tomando el pelo ahora, Mari? Apenas salió del hospital desde que te trajo, y solo con mucha persuasión de Nino. Él está sentado afuera de tu puerta como un perrito mientras hablamos, y cada vez que le ofrecemos que venga a hablar contigo, se encoge de hombros y responde que probablemente lo odias y que se lo merece. ¿Qué pasó entre ustedes dos? -

Llévame a casa (Bring me home)Where stories live. Discover now