Llévame a casa (Bring me home)

Capítulo 37

Burlarse de Adrien toda la noche y saltar a sus brazos en el momento en que habían llegado a casa había sido un impulso del momento.

Había fantaseado durante años sobre cómo se sentiría hacerlo con él.

Finalmente se había dejado llevar por su deseo, de cuánto quería ser uno con él por fin.

Y al despertarse desnuda y acurrucada contra su piel, rápidamente pudo verse adicta a algo más que simplemente despertarse con él.

Se sentía bien, solo estar al descubierto para sus ojos, estar en su punto más vulnerable frente a él.

Como si sintiera que ella estaba despierta, Adrien se movió a su lado y abrió un ojo. 

- Amor ¿Cómo te sientes esta linda mañana?

- Temiendo volver a la escuela - respondió Marinette con sinceridad, presionándose contra su pecho - ¿Es malo que quiera quedarme aquí para siempre? -

Adrien se rio suavemente. 

- Pero si lo haces, nunca te convertirás en la increíble diseñadora a la que estás destinada a ser. Ve a la ducha, princesa, prepararé el desayuno -

Tras algunos abrazos y besos, Adrien finalmente logró llevar a Marinette a la ducha. Dejó que el agua despertara lentamente sus músculos deliciosamente doloridos.

- ¿Estás bien, Marinette? - Tikki preguntó cuándo salió de la ducha - Es un gran paso que diste con Adrien anoche, y algunos errores se han quejado de estar adoloridos al día siguiente -

Marinette se sonrojó y sacudió la cabeza hacia su kwami. 

- Estoy bien, Tikki. Estoy dolorida, pero es un buen dolor, ¿tiene sentido, no? -

Tikki se rio. 

- Más de lo que piensas, Marinette. Olvidas que tengo miles de años. He visto y escuchado muchas cosas -

Cuando Marinette finalmente salió de su baño aproximadamente quince minutos más tarde, tiempo suficiente para que el rubor bajara con la ducha mientras que unos gofres frescos la esperaban en la mesa del comedor.

- ¿Cómo diablos lograste cocinar todo esto en menos de veinte minutos? - le preguntó a su prometido, vertiendo una gran cantidad de sirope en su plato.

- ¡Le ayudé! - Plagg comentó con orgullo, con la boca llena de queso.

Adrien se rió entre dientes cuando terminó de preparar algunas fresas.

- En realidad, había preparado la masa ayer por la mañana antes de que volvieras de clases. Todo lo que me quedaba por hacer era cocinarlos. Ahora come, necesitarás fuerzas para defenderte de todos tus compañeros de clase -

- Uf - bufó Marinette - Tenías que recodármelo, ¿no? -

Él le sonrió suavemente y le dio un rápido beso en la frente. 

- Todo estará bien. Eres más fuerte que eso -

- Deberías ir Marinette. Demuéstrales que no tienes nada de qué avergonzarte - dijo Tikki.

Plagg levantó la vista de su queso el tiempo suficiente para murmurar.

- Ve a demostrar que todos están equivocados -

Ella dejó escapar un largo suspiro, mirando a su extraña familia, compuesta por un hombre encantador y criaturitas traviesas - Supongo que estáis en lo correcto. ¿Los veré a todos para la cena? -

Esta vez, Adrien la besó correctamente. 

- Estaré esperando, princesa. Ahora ve y demuéstrales que están equivocados acerca de lo que puede hacer Marinette Dupain-Cheng -