Chapter 1

2.3K 130 15
                                    

Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, esta pertenece a camnz y esta historia fue beteada por Flame's Child.

xxx

Hermione trabajaba en una panadería y era afortunada de tener un empleo. Su turno comenzaba muy temprano en la mañana y, generalmente, terminaba cuando el cielo se oscurecía. Era duro, pero tenía suerte de tenerlo. La panadería no quedaba lejos del callejón Knockturn, donde vivía junto a todos los demás nacidos de muggles, o más conocidos como sangre sucia.

El vacío en los puestos de poder tras las innumerables muertes durante la batalla final entre Harry y Voldemort, dejó el espacio abierto para que entidades más organizadas se autodenominaran gobernantes. Ellos, la antigua élite. Estaban acostumbrados a gobernar y sintieron que era justo y necesario que se hicieran con el poder.

Voldemort fue tachado como un hombre loco, el cual había hecho estragos gracias a que los sangre sucia corrían libres a su alrededor. Y no volverían a cometer el mismo error.

Nadie quería hablar sobre ese incómodo período en la historia del mundo mágico. Lo único que querían era avanzar lo más rápido posible y dejarlo todo atrás. Harry fue parte de ese nefasto tiempo loco y tampoco volvió a ser mencionado.

De alguna manera, todas las culpas recayeron en los sangre sucia. El consejo, quienes ocupaban el puesto del ministro que había desaparecido al demostrarse que volvía vulnerable la sociedad, habían decretado que los sangre sucia debían ser controlados y organizados.

Ahora, todos los sangre sucia tenían que vivir en el Barrio Muggle o BM, en una esquina oscura y húmeda del callejón Knockturn. No se les permitía casarse ni, mucho menos, tener hijos. Tampoco se les permitía salir del mundo mágico. Prácticamente los confinaban en aquella brillante jaula de metal, obligándoles a servir en las casas de magos conocidos en el Callejón Diagon y en Hogsmeade. Hogwarts también estaba fuera de los límites, para evitar influir en las mentes jóvenes.

Los únicos trabajos permitidos para los sangre sucia eran servir a los sangre pura de una u otra manera. Algunos pagaban mejor que otros, pero sólo si tenías el estómago suficiente para ejercer esos trabajos.

Por eso Hermione se sentía tan afortunada de trabajar en la panadería. Era una tienda pequeña y acogedora enfocada al mercado minorista, algo en lo que no estaba interesada, pero que daba lo suficiente para mantenerlas a ella y a las dos ancianas, nacidas de muggles, que había salvado de las calles.

Los más desafortunados terminaban sus días mendigando, lo que mostraba lo inferiores que eran ante los sangre pura para aquella sociedad nueva.

Las ancianas eran buena compañía. Le hablaban sobre la Gran Guerra, una monumental guerra muggle que vivieron en su juventud. Aparentemente, los hombres eran mucho más guapos en ese entonces, o eso le decían entre risas. El BM en realidad no era tan malo. Todos estaban en la misma situación y un cierto humor negro los mantenía alegres, aunque quedaba opacado por el abuso del alcohol y las pociones, que llevaban a la violencia incluso cuando los sangre pura no andaban en busca de un poco de diversión.

Lo más divertido sucedía cuando un sangre sucia escapaba hacia el mundo muggle. Una pandilla de jóvenes sangre pura se reuniría para ir en su caza. Incluso estudiaban el mundo muggle para ser más eficaces y rápidos.

Aquel grupo de jóvenes era muy eficiente; arrastraban al fugitivo golpeado y deshecho, y desfilaban por las calles con esa pobre alma antes de enviarla a Azkaban, si es que todavía seguía con vida. Y a las mujeres que escapaban no les iba mucho mejor, quizás hasta peor.

Absolutamente despreciableWhere stories live. Discover now