Chapter 5

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, esta pertenece a camnz y esta historia fue beteada por Flame's Child.

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Hermione soportó otros cuatro días más sin enviarle una lechuza a Draco. Las ancianas trataron de convencerla de que ellas estaban bien, eso y el hecho de que pronto las echarían a la calle. Era obvio que no estaban bien y que Edna estaba sufriendo, aunque hacía todo lo posible por ocultarlo.

Recibió una nota de Draco, diciéndole que la esperaba para cenar a las ocho de la noche. Hermione sintió como si fuera a vomitar. Pero eso era eso mejor a vivir en la calle.

Unas horas más tarde le llegó un paquete. Contenía un hermoso vestido de satén color granate con pequeños detalles dorados. Los colores Gryffindor. Supuso que tendría que ponérselo esa noche. No se lo probaría antes, podría tener que usar el vestido esa noche, pero lo odiaría. No había nada de malo con el vestido, sólo las circunstancias.

Hermione salió a caminar para distraer su mente. Quería llorar porque sentía que había caído tan bajo. Estaba en una situación en la que jamás deseó estar, pero las mujeres habían hecho esto desde tiempos inmemoriales: intercambiar favores por protección o supervivencia. A fin de cuentas, era la profesión más antigua de todas.

Tal vez lo que hacía la situación mucho peor era que Draco Malfoy estaba involucrado. Pero, de todas formas, él le había prometido que se encargaría de todas sus necesidades y él era capaz de hacerlo. Además, esto era mejor a tener que acostarse con cualquier extraño en la calle.

Ese día Hermione no sintió alegría. Por lo general, solía encontrar algo que la animase, incluso en las más duras circunstancias, pero hoy no encontraba nada. No sabía qué esperar de esta noche, él podía pasar toda la velada insultándola. Si se comportaba atrozmente, simplemente se largaría. No había forma de salir indemne y estaba preparada para eso.

Horas después regresó al apartamento. El hecho de que las ancianas intentaran convencerla de que ellas se encontraban bien, sólo confirmó lo que tenía que hacer. Había reservado el baño para asearse, el edificio poseía una tina que era comunal. Una parte de ella no quería tomarse la molestia, pero otra parte no quería darle material a Malfoy para que se burlara de ella.

El vestido se amoldó a su figura perfectamente. No tenía ni idea cómo Malfoy había descubierto su talla, pero le quedaba bien. Era el vestido más bonito que se había visto en ese edificio en mucho tiempo. Las miradas se posaron sobre Hermione, mientras se dirigía a la red Flu comunal. Realmente no le importaba llenar de hollín el vestido, pero los demás la miraban extraño por eso.

Llegó a la mansión Black a las ocho en punto y fue recibida en la puerta por un elfo doméstico, que la guió hasta la sala de estar.

Draco se encontraba sentado en una de las sillas del lugar, con los pies apoyados en la mesa. Movía una mano en el aire como si estuviera encendiendo y apagando un interruptor invisible. Estaba vestido de negro, como siempre.

—Viniste —dijo él—. Sabía que lo harías. Aunque existía la posibilidad de que te acobardaras.

—Sabes que no tengo otra alternativa.

—Cierto —respondió él—, pero siendo una Gryffindor, no está en tu naturaleza reconocer eso.

Hermione sintió cómo la rabia comenzaba a acumularse en su interior, pero decidió que sería mejor mantenerse calmada y no comenzar una pelea.

Absolutamente despreciableWhere stories live. Discover now