Chapter 23

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, es de camnz y fue beteada por Flame's Child.

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El viaje en ascensor pareció tardar una eternidad. Había algunos aviones de papel dando vueltas arriba. Realmente no era una práctica segura, cualquiera podría agarrarlos y leerlos. Reflexionó que tener un pensamiento de ese tipo en un momento como este era algo realmente abstracto.

Tuvo que ceder a la picazón y comenzó a rascarse los brazos, pero se detuvo cuando el ascensor se detuvo en un piso donde no debía. Se quedó sin aliento cuando la puerta comenzó a abrirse, para revelar a un trabajador del Ministerio con los brazos llenos de pergaminos enrollados. Hermione reprimió la picazón y miró fijamente al suelo.

Para su horror, la comezón comenzaba a disminuir, lo que indicaba que los efectos de los caramelos feos se estaban acabando. Eso significaba que quedaría expuesta si alguien a quien conocía se cruzaba con ella. Ocultó el rostro con su cabello mientras el ascensor se movía.

Cuando las puertas se abrieron, echó una rápida mirada afuera antes de salir. El corredor estaba a oscuras, obviamente la Oficina de Emigración de Nacidos de Muggles estaba en una parte poco agraciada del Ministerio.

Tal vez era hora de comer el otro caramelo, sólo para estar segura. Metió la mano en el bolsillo y entró en pánico cuando no lo encontró. Ella buscó en todos sus bolsillos, pero había desaparecido.

«¡Mierda!»

Debió haberse caído en algún lugar. Hermione se sintió completamente expuesta sin la relativa seguridad de su disfraz. Ahora que su pasaje a su nueva vida estaba en peligro, ella se sintió profundamente desesperanzada.

«No, no, no, no lo perderé. No voy a perder esto.»

Ella se calmó mentalmente y se dijo que debía usar su cerebro. Sabía que tenía una mente funcional, por lo que ahora era el momento de usarla. Nada bueno vendría del pánico.

Sin lugar a dudas, Draco habría colocado a alguien aquí. Ella lo hubiera hecho de estar en su lugar y también había aprendido a no subestimarlo. Era un completo idiota, pero no era estúpido.

Hermione caminó tan silenciosamente como pudo a lo largo del corredor y su corazón literalmente saltó cuando alguien dobló la esquina.

Era Percy Weasley, quien pareció sorprendido cuando la vio.

—Hermio... —comenzó, pero Hermione lo detuvo con una mirada severa y un dedo en los labios.

Percy la miró con sospecha, luego se acercó a ella.

—¿Qué estás haciendo? —continuó con voz baja, como si él pensara que ella podría estar desquiciada.

—Voy a registrarme para la liberación.

—Liberación, ¿fuiste encarcelada?

—Al mundo muggle —ella dijo y obtuvo una expresión de sorpresa de Percy.

—¿Por qué? —él preguntó como si ella acabara de sugerir la cosa más extravagante de la historia—. Sabes que es una mudanza permanente, ¿no? No podrás volver —pronunció cada palabra como si ella fuera una imbécil.

—Lo sé, Percy —ella respondió.

—Pero no podrás hacer magia —él continuó—. Seguramente no puedes considerar renunciar a eso.

—Realmente no tengo otra opción, Percy.

—Tonterías —bufó—. Eso es un poco melodramático. Estoy seguro. Puedo imaginar que ser sirviente no es lo ideal, pero es una vida decente. Mucho mejor de lo que podría ser, había oído que te ganabas la vida de manera menos respetable —dijo como si estuviera contándole algo divertido.

Absolutamente despreciableWhere stories live. Discover now