Capitulo 16

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Le conté todo, cada detalle de todo lo que había pasado mientras el observaba cada movimiento que hacia, en cambio, yo solo podía mirar al horizonte, no podía permitirme mirarle y perderme en su mirada.

-Entonces se podría decir que si estaba con alguien cuando apareciste, pero que querías, te fuiste hace dos años, me costó un montón rehacer mi vida, pero al final lo conseguí...- dije bajando un poco la cabeza- Pero si te soy sincera, nunca consideré que tenia una relación seria con el, estábamos juntos, nos lo pasábamos bien, sin mas.Pero cuando vio las fotos que salieron en la revista, decidió echarse a un lado para que yo fuera libre de decidir.Asique enteoría cuando me acosté contigo no estaba con nadie.

- Te hace feliz?- dijo parando mi narrativa.

-Pensaba que sí..

-¿Pensabas? - dijo girando el cuerpo para quedarse enfrente de mi.

Me armé de valor y le miré, a los ojos, intentando transmitirle todos mis pensamientos.

-Si, pensaba que si, hasta que volviste y me di cuenta que prefería un minuto de mi vida a tu lado que una eternidad sin ti - solté todo el aire que contenían mis pulmones, acababa de abrirme en canal.

Noté como sonreía tras escuchar mis palabras y me trajo hacia él para darme un abrazo, me besó en la cabeza y nos quedamos en esa postura no se cuanto tiempo, pero podría quedarme ahí toda la vida.

-Siento no haberte escuchado y ser tan cabezón- dijo apretándome un poco mas hacia su cuerpo.- Y sobre lo que te dije de que te olvidaras de lo que había pasado entre nosotros, no lo hagas, por favor.

Levanté la cabeza de su pecho, fijando mi mirada con la suya y le dije en un susurro.

-No podría olvidarlo ni aunque quisiera.

Alfred acercó sus labios hasta juntarlos con los míos, suavemente, casi fue un roce, un dulce roce que hizo que mi cuerpo se estremeciera.

-Oye.. hace calor, ¿te apetece un baño nocturno?- dijo Alfred mientras levantaba una ceja y ponía su sonrisa de medio lado, seguramente estaría pensando en como acababan todos los baños nocturnos que habíamos compartido.

No creo que un baño me quite el calor, de hecho seguro que me da mas pensé mientras observaba como me miraba con cara de pillo.

- Vale, pero con ropa- dije intentando ser convincente, aunque en verdad lo que quería era que me lo quitara todo en esa playa.

-Venga Amaix, no seas aguafiestas...- dijo mientras se ponía de pie y se quitaba la camiseta dejando a la luz de la luna su moldeado cuerpo.Se encontraba de espaldas a mi, observando el mar.

Me levanté despacio de la arena y le acaricié la espalda suavemente, noté como su piel se erizaba con mi contacto y no pude contener una sonrisa. Fui recorriendo mis dedos hasta llegar a su pecho, quedándome delante de el y me quité la camiseta lentamente, noté como sus ojos se posaban en mi cuerpo mientras se mordía el labio inferior.

Levantó su mano y la llevó a mi mejilla, dejando una pequeña caricia en ella, deslizó la mano hacia mi cuello, apartándome el pelo y acercó su boca a mi oreja.

-Eres preciosa, me gusta tu concepto de bañarnos con ropa- dijo mientras sonreía, pude notar su aliento en mi oreja y mi cuello y mi piel se erizó casi de inmediato.No pude evitar soltar una carcajada.

Se separó de mi y se quitó los pantalones mientras seguía posando su mirada en mi, no pude evitar morderme el labio.Estaba terriblemente guapo.
Se encaminó a meterse en el mar asique me quité los pantalones lo mas rápido que pude y salí corriendo detrás de él.

Cuando le alcancé me tire encima de él para hacer el caballito, pero no se lo esperaba y perdió el equilibrio y nos caimos al agua.
No podíamos parar de reírnos, como había echado de menos su risa.

Entre risas, empujones y cosquillas estuvimos tentándonos durante un tiempo, hasta que llegó un momento que la tentación era tanta que una de las veces que me cogió para hacerme cosquillas estampó sus labios con los míos desatando la locura y una lucha entre nuestras lenguas.
Ya no era un beso tierno, no, era un beso duro, de los que duelen y te dejan sin respiración.
Rodeé con mis piernas su cintura y con mis brazos su cuello,provocando que nuestros cuerpos estuvieran más pegados.

-Mmmm..- un gemido salió del fondo de la garganta de Alfred, sus manos habían viajado hasta mi culo para acercarme mas a él - estás temblando- dijo muy pegado a mi boca.

-Tengo un poco de frío

-Salgamos fuera- sin pensarlo me cogió de la parte baja de mis muslos para afianzar su agarre y nos sacó del agua. No dejó de besarme en ningún momento, su boca viajaba desde mis labios hasta mi cuello, besando y mordiendo cada rincón de mi piel.

  Me depositó en la arena y se colocó encima de mi, entre mis piernas, podía notar el roce de su abultado paquete con la tela de mis braguitas, estaba perdida.

Un suspiro salió de mi garganta al notar ese roce placentero.

- ¿Quieres que pare? - me dijo separando sus labios de mi cuello.

- Ni se te ocurra - dije con una voz caliente.

Mi comentario hizo que Alfred soltara una carcajada e intensificara los besos volviéndome mas loca si eso era posible.
No tardó en desaparecer la poca ropa que nos quedaba y se introdujo dentro de mi, duro, caliente, todo mi cuerpo se estremeció al notar el contacto.
Entre besos y jadeos llegamos los dos al orgasmo, no fue un polvo largo, pero si uno de los mas intenso.
Una vez que acompasamos las respiraciones y nuestros corazones volvían a latir a una velocidad normal decidimos que teníamos que volver a la fiesta.

-Crees que se habrán dado cuenta de que no estamos? - me preguntó Alfred mientras se vestía.

-Seguramente no, hay mucha gente.

El camino en taxi fue silencioso, pero fue un silencio cómodo, estábamos uno sentado al lado del otro con las manos entrelazadas. disfrutando de la compañía del otro

Llegamos a la fiesta y nos sentimos aliviados cuando nos dimos cuenta de que nadie nos había echado en falta. Salvo una rubia que venía a toda velocidad hasta donde estábamos nosotros.

-Mi amoooooor- gritó la chica rubia antes de plantarle un buen beso en los labios a Alfred.

Brillando a oscuras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora