ALFRED
-Amaia, tranquila, ¿qué pasa? - dije intentando calmarla, si seguía así acabaría por darle un ataque de ansiedad.
Estaba muy asustado, no sabía que le pasaba pero tenia que calmarse antes de poder contarme nada. No sabía si el estar tan alterada podía influirle al bebé pero tenía que calmarla como fuera. Me levanté a coger un vaso de agua y se lo tendí, ella intentó bebérselo, su respiración cada vez era mas pausada.
-¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?- dije una vez ya se había calmado.
Tardó en contestarme, la notaba nerviosa, no entendía que le pasaba pero al final habló.
- Hay millones de paparazzis en la puerta - dijo mientras enterraba su cara en sus brazos - Dios soy tan idiota Alfred!
No entendía nada, ¿ por qué habían paparazzis? ¿ Como se habían enterado de que estábamos aquí? ¿ Por qué se culpaba? Ella no tenia la culpa de nada.
-¿Qué pasa Amaia? No entiendo nada - dije cogiéndole las manos para que pudiera mirarme, estaba llorando, alcé una de mis manos para secar sus lagrimas.
- Es Raul... estoy muy asustada Alfred- dijo mientras se lanzaba a mis brazo
- ¿Qué te ha hecho ese carbón?- dije con un tono enfadado- mira que yo no soy muy violento pero como te haya hecho algo te juro que le reviento a ostias.
Notaba como le costaba abrirse, sabía que cuando tenía un problema se encerraba en ella y hasta que no tuviera la solución no decía nada. No quería presionarla, pero necesitaba ayudarla.
-Tranquila, si no puedes decírmelo puedo esperar,mientras puedo ir preparando mi plan para matarlo- dije intentando que se sintiera mas segura.
Esbozó una sonrisa.
- Quiere hundir mi carrera porque te he elegido a ti y no a él y de paso hundir tu reputación-dijo finalmente- lo siento tanto Alfred.. lo he hecho todo tan mal...-Y empezó a llorar otra vez.
-Amaia escúchame- dije poniendo mis manos a cada lado de su cara y mirándola fijamente - eso no va a pasar¿ me oyes? Estamos juntos en esto y vamos a sacarlo juntos. ¿Sabes lo que pretende hacer?
Ella asintió mientras se sorbía los mocos debido al llanto yo no pude evitar sonreír.
-¿Por qué sonríes? A mi no me hace nada de gracia- dijo separándose un poco de mi.
-Amaia ¿no te das cuenta de que si sabemos que quiere hacer nos podemos adelantar? Podemos adelantarnos a su jugada, aunque haya lanzado la primera piedra podemos contraatacar. Cuéntame, que quiere hacer.
Observé como tragaba saliva, se le notaba inquieta, seguramente no estaba preparada para hablar de ello, pero empezó a hablar casi sin respirar.
- Quiere vender a la prensa que soy una guarra,que estoy embarazada y que no se quien es el padre porque la noche de la fiesta acabé en su casa, borracha, pero no es lo que piensas, no me acosté con él.
Pero es su palabra contra la mía. Eso traería rumores y portadas de revistas y...- volvió a tragar saliva- tu no lo sabes pero cuando lo dejamos tuve una época oscura y me metí en bastantes líos con la prensa y universal me dijo que si me volvía a meter en algún lío acabaría mi contrato con ellos.
- Si lo sabía, no dejé de seguirte la pista nunca- dije muy bajito.
Este tío era un cabrón, pero había algo que no me cuadraba.
