Capítulo 6 - Tres negativas

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-Bueno y ¿cómo estás? – preguntó Aitana después de un largo silencio incómodo en el que se limitaban a sonreírse, comer trozos de pan y mirar de reojo la carta buscando un plato apetecible.

-Bien y ¿tú?

-Bien.

Desde luego les podían dar el premio a la conversación más absurda y aburrida de la historia. Los dos se percataron y estallaron en una sonora carcajada que rompió el ambiente tranquilo y casi vacío del restaurante.

-Joder, qué raro es esto ¿no? – Alfred seguía riendo y eso era mano de santo para destensar los músculos de su cuerpo. En frente de él Aitana asentía con ganas.

-¡Demasiado! ¿Por qué no me empiezas contando para qué querías verme?

Aitana lo dijo de una forma tan natural que hasta parecía que fuese una pregunta simple. Pero no, no lo era. Alfred tenía millones de cosas que contarle y otras tantas que preguntarle, esa era la razón por la que no sabía por dónde empezar.

-Bueno por varias cosas realmente... - dudó antes de seguir hablando - ¿Sabes que me vuelvo a Barcelona? Ya es definitivo, terminé el contrato allí al acabar la gira.

-Me alegro muchísimo, aunque no sabía que quisieras volver... -Aitana observó como el camarero llenaba su copa de agua hasta la mitad, antes de servir a Alfred.

-Hace tiempo que les pedí volver, pero no querían... hasta ahora – Alfred esbozó una tímida sonrisa, pensativo. No era el mejor momento para volver, y era algo que no podría perdonarse jamás, pero al menos ya estaba en casa – Oye y si no es mucho meterme, ¿cómo que no vives con Luis en Madrid?

Genial, la pregunta del millón no había tardado ni 10 minutos en estar sobre la mesa. Aitana bebió un largo trago de agua pensando en la mejor respuesta que darle. No podía decirle la verdad, eso le correspondía a Amaia, pero tampoco podía mentirle. Decidió que una verdad a medias y bastante genérica era la mejor forma de salir del paso.

-Tengo asuntos de los que ocuparme en Barcelona – se encogió de hombros intentando sonar despreocupada – pero nos va bien, ya nos hemos acostumbrado. Le encantará saber que estás por aquí.

Cepeda y Alfred nunca habían sido grandes amigos pero Luis sabía el apoyo tan grande que había sido el chico para Aitana y no podía estarle más agradecido por ello. Y al final, los 16 se tenían un cariño muy especial que no había hecho más que crecer con los años.

Alfred sonrió ante la noticia sin oportunidad de responder ya que el camarero había llegado. Lucía una falsa sonrisa desde que habían entrado en el restaurante que le hacía preguntarse a Alfred por qué había elegido ese trabajo. Pidieron ensalada, arroz negro y algunos platos de pescado frito y mariscos para compartir, quizá demasiada comida pero todo les parecía tan bueno que se les hizo imposible elegir.

-¿Estás viviendo en el Prat? – Aitana retomó la conversación, que ahora era mucho más fluida.

-No, la verdad es que estamos en un hotel.

-¿Estamos? – Aitana sabía perfectamente que se refería a aquella chica que había visto de espaldas en los premios, pero encontró en ese desliz la escusa perfecta para empezar lo que Amaia había denominado "operación espía".

-Helena y yo. Te la quise presentar en los premios pero no hubo ocasión.

-Es... ¿tu novia?

-Sí, llevamos casi 7 meses.

Lo raro no fue su respuesta, al fin y al cabo Aitana se lo esperaba, lo raro fue la forma en que lo dijo, como quien se defiende de un ataque.

-Guay.

Ojalá - AlmaiaWhere stories live. Discover now