Capítulo cinco

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Lo primero que vieron los ojos de Hanji al despertarse, fue la desnuda espalda de Levi. Este se encontraba sentado en la cama, dándole la espalda al acurrucado bulto tras él. Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver las horribles cicatrices que cubrían gran parte de su espalda, le invadió la tentación de acariciar una, pero antes de poder tocarlo, Levi se levantó de la cama y se encaminó al cuarto de baño.

Se sintió estúpida por sorprenderse; ella también tenía cicatrices. Después de todo ellos habían entrenado juntos, habían combatido juntos. A veces hasta ella misma olvidaba que Levi también era un humano, que también podía lastimarse.

Se levantó de la cama y pudo notar como su cuerpo ya no era tan pesado como ayer. Aún estaba algo somnolienta pero era algo con lo que podía lidiar. Comenzó a vestirse mientras esperaba paciente a que Levi saliera del baño.

Al cabo de unos cinco minutos, Levi salió con el cabello mojado y totalmente vestido.

-Buenos días.- lo saludó con la mirada puesta sobre los botones de la camisa que se esforzaba en cerrar.

-Buenos días, cuatro ojos.

No tenía ganas de contestar a ese insulto, así que simplemente lo ignoró. Continuó con su labor y una vez hubo terminado, subió la mirada y le dedicó una sonrisa al enano parado frente a ella. De pronto recordó que Levi debía irse a la otra base para poder alejar a Eren de la sociedad. Un pequeño pero desagradable dolor se apoderó de su estómago. Se convenció de que era por no haber comido nada desde la mañana anterior.

-¿Ya te vas? -su voz sonó mal humorada.

Aunque siempre se la pasaban peleando, ella lo iba a extrañar. Después de todo, las acciones de los pasados días la habían conmocionado.

Nadie olvidaría algo así.

-Si.

Ella apretó los labios y miro a otro lado.

-Tú también debes ir.

-Sí, iré en la noche. Necesito tu informe sobre el comportamiento de Eren, así que debes estar pendiente a él. -tras contestar, se metió al baño.

Levi se convenció de que Hanji estaba loca, pero sea lo que sea que le ocurriera, sería mejor dejarla sola. Se retiró de la habitación para dirigirse a las escaleras, las bajó tranquilamente y de la misma manera llegó a la puerta principal. Su escuadrón esperaba por él.

Después de unos minutos, el escuadrón de Levi ya se había ido.

Hanji se había lavado la cara incontables veces, ya no quería pensar en aquel pequeño que irrumpía en su vida diaria. Rápidamente cerró la llave y se propuso pasar un día sin tener que preocuparse por el enano maniático de la limpieza.

Su labor con los titanes atrapados en Trost aún no había acabado, por lo que, por el resto del día, ella debía seguir experimentando con ellos. Si bien ella se divertía examinando el comportamiento de esas bestias, como las llamaba Levi, no quitaba lo exigente que era la tarea. Es más, hasta se olvidaba de comer. Apenas bebía agua.

Cuando por fin se habían sentado a descansar su cuerpo se tensó notablemente al notar, por el rabillo del ojo, una figura que le resultó familiar. Rápidamente se dio la media vuelta para comprobar si era quien creía. Pero no lo era, solo era un cadete de estatura menor...como él. Exhausta se pasó una mano por el rostro.

Su cuerpo no estaba fatigado, pero su cabeza... esa era otra historia.

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Levi se encontraba totalmente indignado con toda la suciedad que tenía aquel castillo prácticamente abandonado. Sintió repulsión y una necesidad de limpiar todo ese maldito desastre. Rápido.

Dirty Hands // LeviHan [DH#1] Where stories live. Discover now