Capítulo quince

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Las ramas y hojas de esos colosales árboles eran mecidas con brutalidad a causa de sismos, las vibraciones provocaban un leve cosquilleo en la planta de sus pies. Hanji observó a los alrededores con la intención asegurarse que todas las trampas estuvieran bien instaladas, mordió su labio y se preguntó cuánto tiempo habían tardado en preparar tan bello escenario. El suficiente como para que muchos de nuestros compañeros pierdan la vida, se respondió.

Miró el cielo, los rayos del sol se filtraban tímidamente por sobre las hojas. Pensó en cómo debería sentirse al respecto, ¿estaba mal que sintiera emoción por querer capturar un titán vivo? Lo lamentaba, de verdad lo lamentaba, pero no podía privarse de sus emociones.

Una tétrica sonrisa se instaló en sus labios al notar como los sismos cada vez aumentaban su intensidad, un pequeño rumor acompañaba el estruendoso sonido de las pisadas; era el galope del escuadrón encargado de atraer el titán.

Inició una cuenta regresiva en su cabeza. Al principio no supo con qué fin; si con el de ver a Levi, o con el de ver al titán. Llegó a la conclusión de que ambas soluciones eran acertadas, ambas le gustaban.

Tres...

El sonido del galope aumentó, pudo sentirlo a pesar tener la sangre palpitándole contra los oídos.

Dos...

Los caballos acompañados de sus jinetes pasaron tan rápido que Hanji no pudo divisar a ninguno de sus compañeros, ni siquiera a Levi.

Uno...

–¡Fuego! –gritó Erwin.

Un enorme pie hizo aparición sobre su campo de visión, el humo que desprendieron las trampas al ser accionadas rápidamente comenzó a obstaculizar la misma. La respiración de todos fue contenida al mismo tiempo.

Se sorprendió al notar como el titán de apariencia femenina se estaba protegido la nuca, sus brazos cubrían con vehemencia la zona baja del cuello. Era impresionante, pero no lo suficiente como para capturar al cien su atención. Rastreó desesperada la pequeña figura del hombre más fuerte de la humanidad.

Moblit buscó a tientas la mirada de Hanji, esperaba ver locura en sus pardos orbes, pero eso no fue así. Su líder de escuadrón mantenía la atención en el pequeño ser humano que cruzaba de un extremo a otro.

Sonrió aliviada. Era él, y estaba a salvo. Le dieron ganas de ir hasta allá y hacerle pebre la mejilla de un beso; sin duda era bueno tener a un hombre que podía cuidarse por sí solo. Definitivamente era lo que más amaba de él.

–¿Cree que esto salga bien? –intentó llamar su atención.

–Eso espero. –susurró sin desviar la mirada.

–¡SEGUNDO ESCUADRÓN DE TIRO! ¡FUEGO!

Nuevamente el ensordecedor ruido y el blanquecino humo hicieron aparición. Erwin estaba siendo cauteloso; con tantas de esas cosas incrustadas en el cuerpo, el titán no podría escapar. Sus heridas se cerrarían con el dispositivo dentro, lo que haría imposible algún intento de fuga.

Un potente sonrojo coloreó sus mejillas. Si todo iba bien podrían saber quién estaba en el interior del titán y así la muerte de sus camaradas no sería en vano. Se sentía feliz de esos futuros resultados.

–Pero sigue sin aparecer nadie del interior. –dijo más para sí que para Moblit– ¿Qué estarán haciendo Mike y Levi?

Antes de que su segundo al mando pudiera contestar, las siluetas de los recién nombrados hicieron aparición por los costados de la cabeza del titán. Sus movimientos eran rápidos y precisos, como siempre, y apuntaban a las manos que amparaban la codiciada nuca. La intención era clara; hacerle volar los dedos. Sin embargo, no les fue posible. Un extraño material solidificado cubrió su objetivo e hizo añicos sus espadas.

Dirty Hands // LeviHan [DH#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora