Capítulo trece

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–Mi padre era profesor en una escuela al interior del muro Sina, mi madre era panadera; vivíamos en un pequeño pueblo al sur del muro Rose. Cuando mi papá volvía a casa nos daba clases a mí y a Flagol, y los fines de semana ayudaba a mi tío con la casa que estaba construyendo al lado de la nuestra. La madre de Flagol acaba de fallecer a causa de una extraña peste que azotó el distrito Shiganshina, recuerdo haber oído a mi papá maldecir a todos los policial militares, dijo que si ellos le hubieran permitido la entrada al distrito para buscar la medicina, Clara seguiría con vida.

Hizo una pequeña pausa para humedecer sus labios, Levi la miraba atento. No podía creer que esa dulce mujer fuera familiar del tarado ese.

–Mi padre demandó a un militar que custodiaba la entrada del colegio en el que trabajaba, según él, había tocado el trasero de una de sus alumnas. La acusación de mi padre fue llevada a juicio, el hombre negó haber tocado a la niña y la menor declaró haber sido abusada dos veces por el hombre. El militar quedó libre, la niña desapareció, y mi padre fue despedido del colegio por mitómano. Un día antes de mi cumpleaños, mamá comenzó a hornear un bizcocho, dijo que eso debía quedar listo de un día para otro porque no era posible trabajarlo caliente. Me explicó muchas cosas sobre su trabajo, yo solo asentía; no entendía nada. –de su garganta salió una risita– Ya tenía lista la masa, solo faltaba meterla al horno. Mientras ella intentaba encenderlo, yo me distraje con una mariposa; estábamos dentro de la casa ¿cómo demonios había llegado ahí? Me alejé hasta donde papá leía el diario, le dije que había visto una mariposa, él solo me sonrió.

>> De pronto una horrible explosión sacudió por completo la casa; caí de rodillas al suelo, los oídos me piteaban con fuerza. No me di cuenta en que momento papá pasó por mi lado, pero cuando abrí los ojos lo vi en la entrada de la cocina, su cara estaba deformada a causa de la sorpresa. Me levante tambaleante, noté de soslayo como el techo comenzaba a llenarse de un humo negro, al llegar a la cocina me recibió un hedor desagradable, luego comprendí que era olor a carne quemada. El horno había sido rociado de queroseno y al momento de encenderlo; le hizo volar la cara a mi madre. Sospecho que no solo el horno fue rociado de queroseno, las cortinas y los muros también; ardían con fuerza. Papá me jaló del hombro para que saliéramos de la casa.

>> El humo comenzó a picarme los ojos, me ardía la garganta y el calor del fuego comenzaba a quemarme los brazos. No alcanzamos a llegar a la puerta, todo a nuestro alrededor ardía en llamas, una de las vigas que prendían del techo cayó sobre nuestros hombros. El fuego quemó mi espalda y me achurrascó el pelo, el olor era asqueroso. Pensé que ese sería mi fin. Sentí a mi papá ponerse de rodillas para quitarnos la viga, yo tocía con fuerza. Me recordó lo mucho que me amaba, intenté ponerme de rodillas como él, pero no me fue posible, era como si mi estómago y mejilla se hubieran fundido al piso. No recuerdo si grité cuando pasó su mano por mi espalda para abrazarme, pero si recuerdo lo mucho que me dolió que tocara mi quemadura.

>> Los ojos comenzaban a dolerme así que los cerré, me despedí de papá y le dije que yo también lo amaba. No me respondió. Sentía el sabor del humo en mi garganta, no podía parar de toser. No sé cuánto tiempo estuve ahí tirada, recuerdo volver a sentir el olor a carne quemada. Abrí lo más que pude mis ojos; todo era demasiado brillante. Intenté arrastrarme para llegar a la puerta, pero me arrepentí. ¿De qué servía seguir viviendo si ya no tenía a nadie? Volví a cerrar los ojos, aguanté la respiración para dejar de sentir el horrible olor y sabor del humo. Después de eso no recuerdo nada más.

Levi la seguía mirando con toda su atención, apretó con delicadeza su mano entrelazada y le susurró que continuara en su perfecto francés. Hanji sonrió.

–Cuando desperté lo primero que vi fueron los ojos de Flagol, tenía manchas negras en la cara, sus manos tenían leves quemaduras, estaba llorando. Me abrazó con cuidado y me pidió que no volviera a cerrar los ojos. Intenté decirle que no siguiera llorando pero no me salió voz; el humo me había quemado la glotis. Mis padres murieron en el incendio, mis vecinos no pudieron sacar los restos de mi madre; estaba totalmente calcinada. Mi papá tenía la piel de su cara y manos totalmente derretida.

Dirty Hands // LeviHan [DH#1] Where stories live. Discover now