6. 『Clase de francés』

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Alguien estaba diciendo mi nombre. A pesar de que traté de ignorarlo, la voz persistió y estuve obligado a salir de las cálidas y sombrías profundidades del sueño.

—¡Despiértate, dormilón!

Abrí los ojos y vi la luz del día filtrándose dentro de la habitación como oro cálido y líquido. Parpadee, me senté, y sacudí el sueño de mis ojos. Yoongi estaba sentado al pie de mi cama con una taza en sus manos.

—Prueba esto, es horrible pero te despierta.

—¿Qué es?

—Café, un montón de humanos piensan que no pueden funcionar bien sino lo toman.

Me senté y absorbí el agrio y negro brebaje, resistiéndome a la urgencia de escupirlo. Me pregunté como las personas realmente podían pagar para beberlo, pero a la cafeína no le tomó mucho tiempo alcanzar mi circulación, y debo admitir que me sentí mas alerta.

—¿Qué hora es? —pregunté.

—Hora de que te levantes.

—¿Dónde está Jin hyung?

—Creo que ha ido a trotar. Ya se había levantado a las 5 esta mañana.

—¿Qué hay de mal en él? —gemí, apartando las mantas y sonando como un verdadero adolescente.

Sacudí mi cabello con mis manos y pasé un cepillo por él antes de lavar mi rostro y bajar los escalones hacia la cocina. Jin, de regreso de trotar, estaba haciendo el desayuno. Recién se había peinado su cabello mojado, quitándolo de su frente, lo que le daba un look leonino. Sólo vestía una toalla alrededor de sus caderas, y su cuerpo ceñido brillaba a la luz de la mañana. Sus alas estaban contraídas y no lucían más que como una fina línea entre sus hombros. Estaba parado al lado del horno, sosteniendo una espátula de acero inoxidable.

—¿Panqueques o waffles? —me preguntó. No tenía que voltearse para saber quien había entrado a la habitación.

—Realmente no tengo mucha hambre —dije excusándome—. Creo que me saltare el desayuno y comeré algo después.

—Nadie saldrá de esta casa con el estomago vacio —sonaba decidido en el tema—. Entonces, ¿qué será?

—¡Es demasiado temprano, hyung! ¡No me obligues, me enfermaré! — soné como un niño tratando de evitar comer espinacas.

SeokJin parecía ofendido. —¿Me estás diciendo que mi comida enferma a la gente?

Uups. Traté de rectificar mi error—. Claro que no. Yo solo...

Mi hermano colocó sus brazos sobre mis hombros y me miró atentamente—. Taehyung —dijo—, ¿sabes que ocurre cuando el cuerpo humano no es alimentado adecuadamente?

Sacudí la cabeza irritado, sabiendo que estaba a punto de presentar unos hechos que no estaría dispuesto a negar.

—No puede funcionar. No serás capaz de concentrarte y hasta te podrías sentir mareado —hizo una pausa para darle espacio al impacto de sus palabras—. No creo que quieras desmayarte en tu segundo día de clases, ¿o sí?

Esto tuvo el efecto que él esperaba. Me lancé descuidadamente a la silla, visualizándome a mi mismo cayendo por la falta de nutrición y una variedad de rostros mirándome preocupadamente. Quizás hasta la cara de Jeon Jungkook, de repente no queriendo volver a tener nada que ver conmigo.

—Quiero los panqueques —dije con tristeza, y Jin se volvió hacia la cocina con cara de satisfacción.

El desayuno fue interrumpido por el sonido del timbre, y me pregunté quién podría estar llamando a una hora tan poco común. Fuimos cuidadosos de alejarnos de los vecinos y desechar cualquier oferta de amistad. Debimos haber parecido poco amables para los locales.

Halo『KookTae』Where stories live. Discover now