7. 『Fiesta』

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Jimin no dejó de notar mi interés en Jeon Jungkook y decidió darme un consejo no solicitado. —En serio, no creo que él sea tú tipo —dijo el, retorciendo un poco de su cabello alrededor de sus dedos mientras estábamos en la fila de la cafetería.

Yo estaba parado cerca de el a fin de evitar ser atropellado por los estudiantes ansiosos por alcanzar el mostrador. Los dos profesores preocupados que estaban de guardia trataban de pasar por alto el pandemónium alrededor de ellos. Mantenían miradas cautelosas en el reloj y contaban los minutos antes de volver al santuario de la sala de personal.

Traté de ignorar los codos que se clavaban en mí, así como los parches pegajosos de bebidas derramadas, y escuchar lo que Jimin estaba diciendo.

—¿De qué estás hablando? —dije.

El me dio una mirada perspicaz que decía que no estaba convencido por mi acto de ingenuidad—Admito que Jungkook es el chico más guapo de la escuela, pero todos saben que él es un problema. Las chicas y chicos que trata terminan con el corazón destrozado. Después no digas que no estabas advertido.

—No parece ser deliberadamente cruel —dije, superado por el deseo de defenderlo aunque no sabía casi nada de él.

—Mira, Tae, enamorarse de Jungkook solo va a hacer que salgas dañado. Esa es toda la verdad.

—¿Qué es lo que te hace un experto con respecto a él? —pregunté— ¿Fuiste tú uno de de los que consiguió salir con el corazón lastimado?

Había hecho la pregunta en broma, pero la cara de Jimin se volvió repentinamente seria—. Podría decirse eso.

—Lo siento. No tenía idea. ¿Qué pasó?

—Bueno, me gustó por años y finalmente me cansé de lanzarle indirectas, así que lo invité a salir —dijo sin darle importancia, como si hubiera sucedido hace mucho tiempo y ya no importara.

—¿Y? —pronuncié.

—Y nada —se encogió de hombros—. Me rechazó. Se mostró educado, me dijo que me veía como un amigo. Pero aún así fue el único momento más humillante de mi vida.

No podía decirle a Jimin que lo que el describía no sonaba tan malo. De hecho, la conducta de Jungkook podía ser vista como honesta, incluso honorable. Cuando Jimin había hablado de corazones destrozados lo hizo sonar como alguna clase de villano. Y todo lo que había hecho era declinar una invitación de la mejor manera en que sabía hacerlo. Pero yo había aprendido bastante hasta ahora sobre la amista para saber que la simpatía era la única respuesta aceptable.

—No está bien —continúo Jimin acusadoramente—. Él camina por ahí luciendo todo maravilloso, siendo amistoso con todos, pero no deja que nadie se acerque a él.

—Pero, ¿engaña a los chicos haciéndolos pensar que quiere algo más que una amistad? —pregunté.

—No —admitió el—, pero aún así es completamente injusto. ¿Cómo alguien puede estar demasiado ocupado para un novio? Sé que suena duro, pero tiene que superar lo de JiEun alguna vez. No es como si ella fuera a volver. De todos modos, ya es suficiente del Sr. Perfecto. Espero que puedas ir a mi casa el viernes, despejará nuestras mentes de chicos molestos.

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—El sentido de estar aquí no es socializar —dijo Jin cuando le pedí permiso para ir a lo de Jimin el viernes.

—Pero sería grosero de mi parte no ir —objeté. —Además, es viernes por la noche, no hay escuela al día siguiente.

—Ve si quieres, Taehyung —dijo Yoongi con un suspiro—. Había pensado que habría formas más provechosas de pasar una noche, pero no es por mí prevenirte.

Halo『KookTae』Where stories live. Discover now