13. 『Su Beso』

2.6K 404 231
                                    

La misa del domingo era el único momento en el que sentía que realmente podía reconectar con mi casa. Arrodillarme en las bancas y escuchar los acordes de "Agnus Dei" me traía de vuelta a mi antiguo ser.

Había una tranquilidad etérea dentro de la iglesia que no se podía encontrar en ningún otro lugar. Era fresca y tranquila, como estar en el fondo del océano, y siempre sentía que tan pronto como atravesara sus puertas, estaba en un lugar seguro. Yoongi y yo éramos acólitos los domingos, y Jin ayudaba al Padre Hehyun a dar la Sagrada Comunión. Después del servicio, siempre nos quedábamos a charlar con él.

—La congregación está creciendo, —él observó un día—, cada semana, veo caras nuevas.

—Tal vez la gente está empezando a darse cuenta de lo que es importante en la vida —dijo Jin.

—O tal vez están siguiendo su ejemplo—. El Padre sonrió.

—La Iglesia no debería necesitar defensores —dijo Yoongi—. Debería hablar por sí misma.

—No importa lo que traiga a la gente aquí —dijo el Padre —. Sólo importa lo que ellos encuentran aquí.

—Todo lo que podemos hacer es guiarlos en la dirección correcta, — coincidió Jin.

—De hecho, no podemos obligarlos a tener fe —dijo el Padre—. Pero podemos demostrar su gran poder.

—Y podemos orar por ellos, —dije.

—Por supuesto —El Padre me guiño el ojo—. Y algo me dice que el Señor los escuchara cuando lo llamen.

—Él no nos escucha más que a otros—. Jin dijo. Me di cuenta que estaba preocupado sobre revelar demasiado. A pesar de que nunca le habíamos siquiera insinuado al Padre Hehyun acerca de dónde venimos, había un entendimiento tácito entre nosotros. Era natural, pensé. Él era un sacerdote—que pasaba todo su tiempo tratando de conectarse con las fuerzas de arriba—.

—Sólo podemos esperar que Él bendiga a este pueblo —agregó Jin.

Los ojos azules del Padre parpadearon sobre todos nosotros—. Yo creo que Él ya lo hizo.

🍃

Al día siguiente Jungkook tuvo un encuentro deportivo en el receso de la mañana, así que pasé el tiempo escuchando a Jimin y Lay conversando animadamente sobre un outlet de ropa fuera de la ciudad. Allí podían comprar etiquetas de diseñador falsas que parecían tan auténticas que nadie podría adivinar que no eran las "verdaderas".

Cuando me pidieron que fuera con ellos, estaba tan inquieto que acepté sin dudarlo. Incluso cuando me invitaron a una fogata en la playa la noche del sábado, asentí con la cabeza mi consentimiento sin realmente registrar los detalles de la invitación.

Me alegré cuando el quinto período finalmente llegó, y Jungkook y yo tuvimos francés juntos. Sentí una oleada de alivio por estar en la misma habitación que él a pesar de que apenas podía concentrarme.

Necesitaba desesperadamente hablar con él ahora, aún cuando no había decidido lo que iba a decir. Sólo sabía que no podía esperar.
Él estaba a menos de un palmo de distancia, y tuve que sentarme sobre mis dedos para impedir que se extendieran y lo tocaran. En parte porque quería reasegurarme que no lo había imaginado pero también porque se sentía como si fuéramos dos imanes atraídos entre sí; resistir era más doloroso que sucumbir.

Los minutos pasaron lentamente, y parecía como si el tiempo se hubiera ralentizado deliberadamente sólo para fastidiarme.
Jungkook sintió mi extraño estado de ánimo y se quedó sentado después de la campanada, observando a todos los demás marcharse en fila. Mientras yo montaba una farsa de empacar mis libros y lápices, él estaba sentado muy quieto sin moverse nerviosamente. Algunos espectadores curiosos lanzaban miradas en nuestra dirección, probablemente con la esperanza de captar algunos hilos de la conversación que podrían reportar a sus amigos como chisme jugoso.

Halo『KookTae』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora