21.『Ahogo』

1.5K 217 60
                                    

¿Qué quería decir JiHan con aquella frase?

"El tenía la cara de un ángel"

Sentía como si las palabras se hubiera quedado grabadas a fuego en mi cerebro, como si, en una fracción de segundo, JiHan me hubiera expuesto y dejando tembloroso y totalmente expuesto. ¿Podría ser posible que hubiera adivinado mi secreto? ¿Esta era su idea de una broma retorcida?
Entonces reaccioné y me dominó una ira repentina. Olvidando todos mis planes de ponerme al día con el tema de la Revolución Francesa, entré disparado para buscar a JiHan. Atravesando a toda velocidad los pasillos vacíos, volví a la cafetería, y repasé con la vista las mesas donde estaban apiñados pequeños grupitos. Pero él no estaba en ninguno de ellos. Una palpitación de miedo empezó en mi pecho y supe que pronto aumentaría si no hacía algo para impedirlo. Tenía que encontrar a JiHan y preguntarle sobre el poema antes de que empezara la siguiente clase o me corroería por dentro el resto del día.

Lo encontré junto a su taquilla.

—¿De qué se trata esto? —exigí, enfrentándome a él y agitando el papel debajo de su nariz.

—¿Perdón?

—No tiene ninguna gracia.

—No se suponía que la tuviera.

—No estoy de humor para juegos. Sólo dime qué quieres decir con esto.

—Hmmm, deduzco que no te gusta —dijo JiHan —. No te preocupes, podemos descartarlo...no tienes que ponerte nervioso.

—¿En qué estabas pensando cuando lo escribiste?

—Estaba pensando que podría ser un buen punto de partida, simplemente —se encogió de hombros—. ¿Te ofendí o algo por el estilo?

Respire profundamente para serenarme y me obligué a mí mismo a recordar cómo había propuesto la señorita Castle aquel trabajo de clase. Nos había hecho un breve resumen de la tradición del amor cortés y nos había leído algunos sonetos de Petrarch y Shakespeare. Había hablado de la idealización y el culto de la mujer en la distancia. ¿Era posible que JiHan simplemente se estuviera apegando al tema? Mi furia repentinamente se dirigió a mi mismo por lanzarme a sacar conclusiones precipitadas.

—No estoy ofendido —dije, sintiéndome ridículo. Ambos, mi furia y mi miedo, habían disminuido tan rápidamente como habían surgido. No podía echarle la culpa a JiHan simplemente porque se le hubiera ocurrido la palabra ángel en relación a un poema que trataba sobre el amor. Sólo estaba paranoico por todas las referencias celestiales. Pero lo más probable era que hubiera recurrido a aquella palabra con toda la inocencia. Ni siquiera era original: ¿Cuántos poetas, a lo largo de la historia, habían hecho comparaciones similares?

—Está bien —agregué —. Lo trabajaremos un poco más en clase. Lamento si parezco un poco desquiciado en este momento.

—Está bien, todos tenemos nuestros días desquiciados.

Me dedicó una sonrisa, una normal, esta vez sin su expresión sardónica. Extendió la mano y tocó mi brazo para tranquilizarme.

—Gracias, me parece magnífica tu actitud —dije con gratitud, diciendo lo que Jimin podría decir en una situación similar.

—Soy así —dijo él.

Observé cómo se alejaba para reunirse con un grupito en el que estaban otros chicos de nuestra clase de literatura, junto con algunos otros que reconocí como estudiantes de música por sus cabellos desaliñados y corbatas sueltas. Todos lo rodearon como devotos en cuanto se aproximó y empezaron a charlar animadamente. Me sentí contento de que hubiera encontrado un grupo al que pertenecer.

Halo『KookTae』Where stories live. Discover now