10. Primavera fría [1/2]

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La primavera fría era famoso dentro de Cloud Recesses por ser un sitio prácticamente sagrado, creado para la meditación por la naturaleza, la sanación tanto física como mental y el aislamiento para aquellos que buscaban un poco de paz personal. Lan Wangji no fue la excepción y lejos de presentarse para sanar sus heridas provocadas por el castigo impuesto necesitaba despejar su mente, no era correcto tener una maraña de pensamientos expandiéndose y enraizandose, era sumamente incómodo y le mantenían de un humor negativo que bien podría pasar desapercibido por todos a excepción de su hermano.

Con más lentitud de lo que hubiese querido se despojó de todas sus prendas, incluyendo la cinta en su frente que terminó finalmente doblada sobre su túnica. Al entrar la baja temperatura del agua le recibió, era justo lo que necesitaba. Por primera vez en mucho tiempo dejó escapar un suspiro cansino, las imágenes en su cabeza no le dejaban libre ni mucho menos tranquilo, sus recientes recuerdos prontamente salieron a flote comenzando con la estupidez de querer buscar a Wei Wuxian en el pabellón de omegas ¿Por qué razón? Se negaba a creer que quisiera verlo solo por... Curiosidad, no hubo otra explicación. Sin embargo, jamás imaginó que Wei Ying estuviera en compañía de otros omegas, en la intimidad de su habitación y con licor de contrabando, era inaudito... Típico en él mas no dejaba de ser irritante cuando Wangji creó una idea del omega sufriendo dentro de ese pabellón.

Pese a saber que solo eran compañeros de piso no pudo dejar de sentir cierta incomodidad por la familiaridad que les dio. El incidente que pasó después por su insistencia en buscar a los culpables solo empeoró la situación y enredó aun más sus pensamientos. Todavía recordaba su aroma a jazmín, el calor que emanaba de su cuerpo y la mala costumbre que se creaba al terminar sobre él, tan cerca que un movimiento en falso y podría robarle el primer beso de su vida.

Durante esa noche su sueño fue interrumpido por imágenes constantes de ese omega, como si algo quisiera recordarle cada pequeño detalle de él, la bella forma de sus labios, ese color natural a cereza que era imposible no querer probarlos y que formaban algo mejor cada que sonreía ya fuese por alguna travesura o estando en problemas, jamás vio a nadie en medio de algún conflicto sonreír de tal forma, tan deslumbrante, incitaba a querer mantenerlo pendiendo de un hilo solo por la mala satisfacción de ver sus expresiones. Su mirada vivaz atrapaba, el animo llegaba a colarse desde ellos y cambiaba totalmente al momento de coquetear, se volvían más afilados y llamativos, ese escrutinio solo llegaba a alterarle y amenazar con desbocar su corazón con un sólo pestañeo provocativo. Podría tener el cielo y la tierra entre su mano de desearlo así. 

¿Desde cuando pensaba así de él?

La primavera fría despejaba la mente y quizás Lan Wangji obtuvo el efecto contrario que deseó al darse cuenta de un gran detalle.




—¡Lan Zhan!

De improvisto la voz del dueño de sus pensamientos llegó, seguido de una turbulencia en el agua y es que, el omega llegó de un salto y un clavado no solo alterando su entorno sino alborotando cada vez más los pensamientos de Lan Wangji. Al salir los temblores de su cuerpo fueron inevitables, se encogió abrazado a sus hombros, con parte del cabello sobre el rostro y sin borrar por completo su sonrisa castañeante. ¡Esto esta helado!

La mirada se horror del segundo Jade no pudo ser vista por el omega y no pudo agradecerlo más ya que pensó que más que mostrar enojo o indiferencia como era habitual en él mostraba pánico, nada fuera de la realidad. Tener a un omega en tal posición podría considerarse como una prueba de control, la mayor en su vida, mucho mayor que la verdadera que tuvo pocos años atrás con el aroma de un omega en celo y pese a que Wei Ying no estaba dentro de esa etapa era tentador a simple vista.




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