26. Solo suyo [2/2]

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Aquel beso reclamó con fervor cada parte suya, incluso los pequeños fragmentos inservibles en él, un beso pasional y demandante, sin opacar el amor que Wangji le profesó al haberle dado su corazón, lo notó por la sutiles caricias contra su cabello, otras sobre su mejilla y finalmente deteniéndose al entrelazar sus manos.


Pronto, esos besos abandonaron su boca dejándole con los residuos de su sabor junto con una respiración acelerada de la que no se recuperaría, al contrario, el pulso del omega fue volviéndose irregular conforme su cuello era atacado a besos, su mente fue fundiéndose entre tanto calor que no se escuchó jadear ante las primeras marcas contra su piel.



Si bien, era sabido la inexperiencia del alfa sobre ese tipo de temas, de tener espectadores comenzarían a sospechar de este hecho. La única ventaja de HanGuang-jun fue su propio instinto, este le dictó que hacer, hacia donde tocar, que partes de su omega devorar, cuales marcar. Ni sus mejores sueños pudieron compararse con la realidad, pudo palparla con sus manos, recordar pequeños detalles, significativos para él.

Como en que zona su pareja se retorcía inquieta, en otras provocaban dulces melodías con sus jadeos entrecortados, Lan Wangji fue recordando cada retazo en su memoria, guiándose de sus propios deseos. En algún momento las prendas se volvieron molestas, se abrió paso entre las túnicas de su amor, aumentando el deseo de devorarlo sin parar.



—¿Hay algo en lo que no seas bueno? Me irrita —Obligándose a funcionar Wei Ying preguntó al sentirse expuesto, sin ninguna tela que pudiese cubrirle. Sin inhibiciones ni lecciones aprendidas paseó su mano libre sobre su propio pecho, usándolo como imán mientras descendía. Y el efecto fue el planeado, Wangji siguió el recorrido de esa mano deslizándose, invitándole de forma tortuosa a seguir.


Más de una vez el alfa se preguntó que clase de lujuria encarnada era Wei Wuxian.


Si las miradas pudieran embarazar estaría esperando trillizos —La alegre risa del omega de Yunmeng inundó la habitación causando vergüenza en su compañero la cual no dejó que se extendiera más allá—. Esta bien, me gusta que me mires, solo a mi



Colgándose de su cuello Wei Ying le confesó, sin importarle verse egoísta, deseó ser el único a quien Lan Wangji pudiese ver siempre.



No querría mirar a nadie más —Esta vez, fue el turno de HanGuang-jun en confesarse. Y así como las mordidas del omega fueron el detonante en el alfa sus últimas palabras alegraron más a su pareja. En comparación sus acciones fueron desesperadas, crearon una tierna torpeza incluso al escuchar algunas maldiciones a la par de pelearse con sus prendas, después de un rato de forcejeos Wei Wuxian liberó el torso de su amante.


Desde su visita en la Primera fría no volvió a tener la oportunidad de verlo, ni siquiera en ese íntimo momento se dedicó a admirarlo sintiendo que solo el acto de verlo lo mancharía. Sumando su reciente paliza y el pensamiento de que el alfa le odiaba con mayor razón no se atrevió a seguir mirándolo. Ahora, con toda libertad no solo observó sino que, sus manos recorrieron el contorno de su clavícula, siguieron por su firme pecho y permanecieron un poco más de tiempo en sus abdominales causándole más de una sensación placentera.




Wei Ying... —Durante el toque Wangji percibió el ligero temblar de su amor, precipitándose tomó una de sus manos y la besó, un gesto simple que encapsuló más de una afirmación. Lan Zhan estaría junto a él, siempre.

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