Catorce.

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Me quedé abrazando a la Jennifer como cinco minutos, la solté pero ella me tomó la cara mirandome hacia arriba, me sonrió y les juro que creí que iba a caer a sus pies ¿Cuánto se demora uno en dejar de amar alguien? Lo único que se que tenía un aire de JiMin, y eso hizo que se me apretara la garganta, así que me alejé dos pasos y ella bajó las manos lentamente.

-Entonces tu vas a...

-Enseñarte sí.- dije cortante, ah ya, YoonGi, no, sin rencores, se buena onda, se maduro, tratarla mal o ser un maricón es una estupidez, pasaron dos años, ella fue re simpatica en saludar y debo empezar bien. Admito que esto es peor, JiMin recién me pateó y ahora llega la Jennie a mi vida... Otra vez, esta la zorra en mi vida y cabeza. - Es muy fácil aprender aquí, cualquier cosa me preguntas, mi tío... Me mandó a estar contigo todo el turno hasta las siete, así que... Vamos por tu uniforme.- le sonreí o eso traté.

Bajamos a los subterráneos, que en verdad daban claustrofobia, eran súper húmedos y calientes, sentía que pesaba diez kilos mas aquí abajo. Sabía que a ella le daría miedo, y le tomé su mano para llevarla, mientras se abrazaba a mi brazo. Dimos muchas vueltas hasta llegar a la lavandería, le pedí un uniforme sin preguntarle su talla por que me la sabía, y otro para mi, la llevé a los camarines mientras yo me cambiaba de ropa en el de hombres,estaba pensando en llamar a los cabros pa contarle, pero seguro vienen y me sacan de aquí importandole pico la plata, mejor cuándo llegue.

Al salir le guardé las cosas en mi casillero, se veía muy tierna con el uniforme culiáo feo, que era una pantalón gigante, una polera blanca y pechera. Nos quedamos mirando un minuto, sin hueár.

-Estas aún mas guapo, YoonGi.- me sonrió tirándose un mechón detras de la oreja, tragué saliva, sonreí mirando el piso y sentí mi cara ponerse tomáte explosivo.

-Digo lo mismo.

La guíe por las escaleras de nuevo a la cocina, ya habían bastantes platos, y sabía que iban a llegar mas, traté de ser profesional, pero que me sonriera y siquiera que me mirara me hacía tartamudear como el viejo, el papá de la Rocio, del verdades ocultas... Bueno si, veo comedias, y pasión de gavilanes por quinta vez, puta que es buena, Franco culiáo rico.

YIAH CULIÁO DISPERSO.

Ya, en lo que iba, le enseñé a lavar y acomodar las cosas en la cocina y el estante, y huéas basicas de la máquina. 

Realmente no quería estar mucho con ella así que me ofrecí a limpiar pastelería, que estaba lleno de chocolate. Estaba en el piso sacando el chocolate con una espátula hasta que alguien me pegó una patá y al darme vuelta era el ozuna.

-Vi el otro día la hueá con el JiMin ¿Cómo tai?

Volvi a lo que hacía y solté un suspiro.

-¿Qué es lo que mas te gusta en el mundo? -dije.

-El pico.

-Así estoy.- respondí medio enojado por una mancha culiá de chocolate que no salía.

-De verdad que no pensé que fuera tan maraco, de verdad que no lo creo, ese brillo que tenía al verte o cuándo te daba cariño no se puede fingir, nadie puede querer solo culiar y tener ese amor en la mirada, socio.

-Pues el si pudo. Y lo hizo excelente.- respondí parandome para dejar la espátula en el mesón, seguí limpiando ahora las paredes, tirandole agua para que aflojara el chocolate y sacarlo mas fácil.

Ningún pobre es ilegal.(YoonMin chileno) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora