Quince.

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La tensión se iba de a poco entre la Jennie y yo, empezamos a hablar mas cosas que de solo pega, ella me contaba que el tío con el que vivía en Valdivia había muerto y la casa era muy grande pa mantenerla sola, así que buscó lo mas barato y charcha de la cisterna, me juró que nunca supo mas de mi y el que llegara al sheraton fue solo coincidencia, así que en parte eso me calmó un poco, y qué sólo por cosas de la vida nos reencontramos, ella a sus veintiséis años está solterisima y sin compromiso, según ella sólo quiere trabajar ahora, no tiene tiempo para mas, pero si vive sola, que tanto tiempo ocupa, ni pico idea.

Las siguientes dos semanas pasaron rápidas, me había vuelto ligeramente mas cercano a la Jennie, jamás ibamos a volver a ser cómo antes, nunca, pero el intento era algo que bastaba y sobraba, tampoco le hablaba mucho de eso a mi familia, no le tenían aprecio, y me limitaba a decir que solo nos saludabamos y era, tampoco le contaba acerca de mi familia, me limitaba a ser bien básicos en las respuestas, que ni crea que le perdonaré dos años en tres semanas.

[...]

Era viernes en la noche y yo no tenía pega, pero Jennie si, así que obligado a estar pegado con el teléfono hasta como las doce para decirle que hacer y cómo, que no se le olvide limpiar las rejillas, los congeladores, las puertas de los refri y costados de las mesas por que ahí revisan hasta la mas minima pifia y no quiero que la hechen por alguna tontera.

Estaba tirado en el sillón viendo IT en el HBO, El Jose y Walala habían salido de cita romántica, el Nam igual, el JiHoon estaba con el vecino jugando y mi mami durmiendo, así ahí estaba solo, con el teléfono en mano, mirando la tele, me encanta ver películas de terror, pero a esta altura ya nada me asusta, disfruto estar solo en un lugar grande y oscuro viendo hueás de terror, justo antes habían dado anabelle dos, y después iban a dar la ouija, estaba en mi salsa, comiendo un trencito y bebida.

Eran casi la una de la mañana hasta que escuché que alguien llamaba en la reja, miré por la ventana y vi a una sombra ahí, era un hombre, veía un pelo corto, se tambaleaba bastante.

-¡YoonGi! ¡Amor! ¿¡Estai con la maraca de la Jennie!? - diganme que esto es broma.

Me levanté bien rápido y sali de mi casa hacia la reja, abri la puerta y ahí me encontré a JiMin, me sonreía como imbécil, era obvio que estaba curao.

-Hola, bebé.- dijo abrazandome del cuello, enseguida lo aparté, no brusco, si no simplemente no soportaba su tacto.

-Qué mierda tai haciendo. Por favor ándate, no quiero que hagas show. - le susurré en tono bajo mirando el pasaje de lado a lado, el pasaje estaba solitario y iluminado por los postes.- ¿Cómo entraste si el portón del pasaje está cerrado? - volví hablar luego de mirar bien el terreno y que no hubiera alguna vieja mirando por entre las cortinas.

-Estuve treinta minutos como hueón pa-para-parado a que algún auto abriera el portón.- me explicó sujetándose de la reja, me miró y se despeinó mirandome fijamente, me dió una sonrisa y mirada cómo...coqueta y creyendo era superior.- Abre el portón, te tengo una sorpresa.

-JiMin, ándate, por favor. Es tarde, estai curao, vivo entre puras viejas que viven del cahuin.- iba a cerrar la reja, pero JiMin puso su mano y le terminé apretando los deditos, me sentí mal al ver dos dedos con sangre, viendo como soltaba lágrimas... Mierda... NO, NO VOY A CAER, ES UN POCO DE SANGRE, NO SE VA A MORIR.

-Por fa. Abre el portón.- dijo de nuevo mirandome con los ojos llorosos, yo junté las cejas y negué.

-Por favor. Ándate... Ya tuve mucho de ti y JungKook, quiero estar solo y morirme luego ¿Ya?

Ningún pobre es ilegal.(YoonMin chileno) Where stories live. Discover now