❄ «Retrieval.» ❄

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El frio pronto se hizo presente, suspiro con cansancio mientras se sentaba en la tierra, junto a una carretera poco iluminada y para nada transitada

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El frio pronto se hizo presente, suspiro con cansancio mientras se sentaba en la tierra, junto a una carretera poco iluminada y para nada transitada. El vaho se escapó de entre sus labios y coloco su rostro encima de sus rodillas y miro como la brisa golpeaba a los arboles con suavidad. El tono de llamada de su celular llamo su atención, atendió la llamada con el mal humor de siempre, recibió malas noticias, la chica no aparecía y según lo que dijo Víctor, lo mejor era que el regresara. Muy a su pesar, termino aceptando las indicaciones del peli plata y se encamino. Paso frente al lugar donde la chica se abrió un poco con el y una idea le ilumino la mente, corrió cuesta arriba hasta llegar a la parte donde se sentaron a conversar.

Y ahí estaba, su delgado cuerpo tirado de costado, pálida y respirando pesado. Tenía los labios resecos y unas tonalidades violáceas resaltaban de entre las grietas de estos. Se tiro a un lado de ella, con las manos temblorosas saco su celular y llamo a Víctor.

- ¿Yurio? ¿Dond-...- Víctor fue interrumpido.

- ¡E-ella esta... ¡Muy fría y n-no sé qué hacer! - Plisetsky balbuceo aterrado.

- Cálmate, ¿Dónde estás? - Dijo intentando mantener la calma. Conocía al rubio y sabia lo impulsivo que podía llegar a ser.

- N-no estoy seguro, creo que está detrás del hotel... Es una clase de montaña. -Dijo mirando su alrededor, intentando captar más detalles.

- Bien, Yuuri me dice que sabe dónde es. Espéranos ahí, llegaremos con ayuda. -El sonido de la llamada terminando hizo que soltara el celular y solo se dedicó a mantener el calor en la chica.

Pronto la ayuda llego, su angustia disminuyo un poco y su corazón dio un vuelco cuando vio como los paramédicos la metían en la ambulancia y como esta se alejaba dejando por el camino el eco de la sirena y las resplandecientes luces.

...

Pestañeo varias veces hasta que sus ojos se acostumbraran a la inmensidad blanca que estaba frente a ella y casi inmediatamente después, un zumbido se instaló en sus oídos. Intentando mitigar el sonido paso una mano por su rostro y luego miro a su alrededor, dándose cuenta de que estaba en el hospital. Con ayuda de sus manos, tomo fuerza para sentarse, pero fallo notablemente debido a la falta de energía en su cuerpo y como si con eso hubiera encendido una alarma, una mujer vestida con tonos pastel, entro en la habitación sonriéndole con lo que para ella era falsa sinceridad. De la boca de la mujer salieron un par de oraciones, pero la chica no escucho nada y en respuesta solo asintió y soltó un par de vocablos para que la mujer la dejara en paz. Cuando salió del cuarto, ella solo suspiro, se apoyó en sus codos, hizo la cabeza hacia atrás y cerró los ojos. Se mantuvo así un par de segundos, admirando las pequeñas pero resplandecientes centellas en la oscuridad de sus parpados. El sonido de la puerta abriéndose de nuevo cruzo sus oídos, abrió sus ojos y estos dolieron al ser expuestos de nueva cuenta a la despiadada luz blanca.

La imagen de Hiroko fue como una espina a su marchito corazón. La mujer tenía los ojos levemente hinchados, un rostro marcado por el cansancio y la decepción.

- L-lo siento...- Fue lo primero que salió de los labios resecos de la chica. La mujer levanto su mirada y negó con la cabeza dándole a entender que no era necesario que se disculpara.

- ¿Cómo te sientes?

- Bien

- Que bueno. -Dijo mostrándole media sonrisa y entretanto se acercaba a ella hasta quedar sentada en la cama. -La enfermera ya te aviso lo que te pasara ¿verdad? - Pregunto con un tono de voz cortante, evadiendo cualquier otra cuestión.

- ¿Eh?

- Te internaran, tu cuerpo está destrozado. - Los ojos de Hiroko se llenaron de lágrimas, pero aun así se mantuvo firme. - El doctor dice que es un milagro que sigas viva.

La chica se mantuvo en silencio.

- ¿Los chicos cómo están? - Pregunto evadiendo el tema.

- Preocupados, Yurio te encontró. - Su corazón volvió a encogerse. - Víctor se ofreció a pagar tu recuperación. - Hiroko dijo de repente.

- ¿Quién más sabe de esto? - La pregunta la tenía atorada en la garganta desde que lo supo.

- Mari, Víctor y yo. - La mujer suspiro. - Víctor pago los gastos del hospital, por eso se enteró.

La chica asintió.

- ¿Nadie más lo sabe? - Pregunto cerrando los ojos.

- No.- Hiroko contesto.

- De verdad lo siento. - La chica volvió a disculparse. Hiroko con aire maternal se acercó más a ella y abrió sus brazos ofreciéndole un poco de calor en esos momentos fríos. - Acepto la hospitalización, me recuperare Hiroko-san. Por favor no pierda su fe en mi. - Después de decir eso la chica se acurruco más en los brazos de la mujer.

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Stexlty°

𝐖𝐞𝐢𝐠𝐡𝐭 ❄︎ 𝑌𝑢𝑟𝑖 𝑃𝑙𝑖𝑠𝑒𝑡𝑠𝑘𝑦 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora