¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Juntarse con Tenshi se había convertido en su "recreo" de la terapia y la rehabilitación durante esa semana que se le hizo eterna, llevaba tres citas con su terapeuta y sentía que se quedaba sin cosas para contar además de las inaguantables ganas de llorar que le llegaban después. Sumándole a eso realizar cinco comidas al día la estaba volviendo loca, demasiadas calorías para ella y su salud mental pero las necesarias para su cuerpo. Durante esas comidas se sentaba junto al chico de lentes y luego de la espera obligatoria de media hora iban de un lado a otro caminando y cuando sentían que era suficiente se quedaban en uno de los pasillos sentados hombro con hombro esperando pacientemente a que alguien los regañara y mandara a hacer algo, cosa que milagrosamente paso en la tarde del lunes. Kaiteki los encontró fumando junto a una pequeña ventana, sorprendentemente no los regaño por eso pero si por no estar aprovechando su tiempo de mejor manera. A Usui la llevo directa al taller de arte y a Tenshi a quien sabe dónde. En el taller de arte la recibió un señor de casi 40 años que a simple vista le pareció intimidante pero luego de que se presento se dio cuenta de que era todo lo contrario. Hideaki Nagisa era el encargado de ese departamento, el autorizaba lo que se prestaba y lo que no del almacén además de que también se encargaba de la biblioteca. Usui quedo encantada cuando se percató de que ahí la dejarían coser y bordar, todo el aburrimiento de la primer semana era cosa del pasado ahora tendría algo más en que ocupar su mente además de ocultarse, caminar y fumar.
...
Un par de días después la dejaron utilizar una de las pocas computadoras de la biblioteca que tenían acceso a internet, ahí pudo contactarse con Yuri y los demás. Primero hizo una videollamada con la familia Katsuki y Víctor, saludo a todos y platico brevemente de lo que hacia ahí, le deseo suerte a Yuuri en su competencia y luego la conversación tomo un giro interesante para ella.
- Necesito a alguien que haga mi traje para-...- Ni siquiera pudo terminar de hablar ya que la chica asintió emocionada y le pregunto para cuándo lo necesitaba. - Para la próxima semana. - Dijo apenado por obligar a la jovencita a trabajar en tan poco tiempo. - Víctor ya mando las telas y lo necesario para que trabajes. - Menciono rápidamente para evitar cualquier confusión y agrego algo más que emociono a Usui. - Pasaremos por el traje y por ti, pedimos permiso para que pudieras salir ese día. - La chica agradeció con la mirada brillante, acercándose demasiado a la pantalla y se despidió de todos después de un rato. Enseguida le mando un mensaje a Yuri diciéndole que si podían hablar en ese momento, a los pocos minutos le entro una videollamada la cual contesto y pronto vio el rostro del rubio algo sonrosado y con algunas gotas de sudor escurriéndole.
- Te ves del asco. - Dijo Usui.
- ¿No te has visto en un espejo, paliducha? - Plisetsky se burló mientras bebía de su botellón de agua. El chico se había percatado de que la cara de la chica tenia más color y aunque seguía teniendo las mejillas hundidas y grandes ojeras notaba cierta mejoría. - ¿Qué cuentas? - Pregunto casual dándole la palabra. Usui se encogió de hombros.
- No sé. - Sonrió. - Tengo muchos proyectos y no sé qué hacer. - recargo su rostro en su mano. - ¿Y tú?
- Tengo que convertirme en una Prima Ballerina para ganar. - Dijo dándole otro trago a su botella. Usui abrió un poco la boca asombrada y sonrió atenta a el resto de las cosas que le comento.
- Tengo que ganarle a ese maldito cerdo. - Gruño por lo bajo.
- Yo sé que lo harás excelente. - Usui intento alagar al jovencito. - Eres Yuri Plisetsky ¿no?, solo ve y patea algunos traseros con tu encanto ruso. - El muchacho sonrió divertido y quiso regresársela.
- Y tu aprueba todas tus materias con excelencia o lo que sea. - Agito su mano restando importancia. - Si vas a hacer algo, hazlo bien tonta. - Entre ellos nació la determinación y extrañamente la jovencita se sintió más motivada. - Espero que sigas comiendo, te ves menos muerta, nos vemos. - Y antes de que la jovencita pudiera despedirse la llamada se colgó.
