Capítulo 18: Recuerdos de medianoche.

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Quiero a mi mamá y a mi papá, pero no de la manera en que te quiero a ti, ¡Santo cielo! Yo.., ho, eres el niño de mis ojos, nunca he amado a nadie como tú..., no hay nada que me agrade más que tú. Ah el hogar, déjame irme al hogar, el hogar es cualquier lugar en el que esté contigo. Nos reímos hasta creer que nos vamos a morir de risa. Pies descalzos en una noche de verano, nunca podría ser más dulce que contigo. Y en las calles tú corres libre, ¡Jesús! Eres algo que merece ser visto.../ Home- Edward Sharpe and the magnetic zeros.

Raquel comía un gran platón de cereales en la comodidad de su pequeña cocina. Doncaster apenas despertaba. Eran las siete y media, y en el ambiente sólo flotaban los cantos de las chillonas aves revoloteando afuera, el crujido de los cereales en la boca de la mujer, y el suave tarareo del sobrino de esta, quién estaba sentado en la silla frente a ella. El rizado se veía muy entretenido y contento. La castaña lo observó de soslayo mientras comía otra cucharada de su cereal. Harry estaba concentrado pintando las uñas de su mano con esmalte celeste, su cabello estaba cubierto con una toalla enroscada, aunque algunos pequeños rizos se escapan por sus patillas, y su rostro estaba tapado casi parcialmente por crema. Raquel sonrió ante aquella imagen y se levantó para buscar jugo del refrigerador.

-¿Sucederá algo importante hoy que quieras contarme?.- Inquirió, mientras agachaba su cabeza para tomar el jugo que se encontraba detrás de una caja de vino al fondo del refrigerador. El ojiverde desvió la atención de sus manos por unos segundos y le sonrió.

-Louis me invitó a un baile.- Respondió, con cierto orgullo y alegría que no se podían ocultar.

Raquel volvió a sentarse con tranquilidad y destapó la botella para verter un poco de jugo en su vaso. Al momento en que su mente procesó el nombre que había salido de los labios de su sobrino, la botella se resbaló de sus manos, volcando todo el contenido sobre la mesa.

-¡¿Con quién?!-

-Louis.- Volvió a repetir el rizado, ahora sin tanta emoción, extrañándose de la reacción de su tía.

-¿Louis? ¿Louis el vecino? - Harry asintió y Raquel llevó una mano a su frente, la cual luego deslizó hasta sus cabellos. -Pensé que ya no te hablabas con aquel chico, ¿Y ahora me dices que irás a un baile con él?- La mujer soltó un gran suspiro y se levantó de su asiento.

-¿Qué tiene de malo que él y yo seamos amigos nuevamente?- Harry se giró, observando cómo su tía tomaba un trapo y volvía a la mesa para secar el desastre que hace instantes había hecho.

-Parece que no recuerdas todo lo que su madre te hizo pasar sólo por ser su amigo cuando eran más pequeños. Estoy segura de que esa señora reaccionará de la misma forma ahora, la vejez parece no cambiarle esa horrible personalidad.-

Harry rió por lo bajo. Siempre le había causado algo de diversión el odio y rencor que su tía tenía por Jay. Decía que era alguna reencarnación de Hitler, y él simplemente lo tomaba con humor.

Raquel lo miró seria.

-Lo digo en serio Harry, no quiero que esa mujer te vuelva hacer sufrir sólo por querer ser amigo de su hijo, además, no creo que tú quieras sólo ser su amigo...,y cuando la mujer se entere de eso no quiero saber qué es lo que ocurrirá.-

Harry mordió el interior de su mejilla y bajó la vista.

-Pero ahora Louis está grande, no creo que se deje controlar por su madre...-Murmuró suavemente.

-Recuerda que aún es menor de edad.- Replicó Raquel con la voz un poco más baja y calmada. Observó a su sobrino, la emoción que hace tan sólo instantes irradiaba en todo su rostro, ahora se había esfumado, entonces se sintió mal por lo que había hecho. -Pásalo lindo.- Habló con una sonrisa y Harry alzó su vista, extrañado. - Dile que te compre cositas bellas, ya sabes, él desborda en dinero....- Agregó con una sonrisa pícara, y un guiño de ojo. La mujer soltó una carcajada por la expresión de su sobrino y luego se retiró de la cocina. Harry sonrió y simplemente se encogió de hombros ante las extrañas reacciones de su tía. Observó su mano izquierda, sus uñas habían quedado preciosas con el color de los ojos de Louis en ellas. Comenzó a pintar las uñas de su mano derecha y mientras lo hacía, su mente comenzó a formar historias, inventando sucesos que podrían llegar a ocurrir esa esperada noche. En uno, Harry se imaginó bebiendo litros de alcohol para poder obtener un poco de valentía y rebelarle a Louis todos sus sentimientos, éste decía que sentía lo mismo y luego salían afuera en busca de un poco de privacidad, finalmente ambos terminaban besándose y algunas personas aparecían mágicamente de la nada y comenzaban a aplaudirle. Harry sonrió por lo absurda que a veces su mente llegaba a ser, aunque muy en el fondo le encantó esa posible versión de los hechos.

As happened to Cinderella {Larry Stylinson} TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora